Ferdinand es un tierno y dulce ternerito que no comulga con las costumbres de sus congéneres. No le gusta la violencia, sino que prefiere cuidar y oler las flores. Pero vive en el lugar equivocado.
Tal sensibilidad no es bien considerada en el ámbito donde lo están criando, porque no es en el campo sino en “La Casa del Toro”, un lugar productor de toros para las corridas.
Realizada en los EE. UU, pero que transcurre en España, este dibujo animado dirigido por Carlos Saldanha aborda una de las tradiciones más arraigadas de la cultura española como lo son las corridas de toros.
Dedicada especialmente el público infantil, la película cuenta las peripecias del pequeño toro que se escapa del criadero y recala en una campiña de ensueño, donde vive y crece junto a una nena llamada Nina y su padre Juan.
Pero como lo bueno dura poco, es atrapado y devuelto a su lugar de origen, donde se encuentra con sus antiguos compañeros. Todos ellos quieren ser elegidos por un torero para enfrentarlo en la plaza menos Ferdinand, que pese a ser el más grandote de todos, sigue teniendo la personalidad de cuando era cachorro
El film no da respiro en ningún momento, pero que todo el tiempo pase algo alarga la narración y eso a los más pequeños los puede desconcentrar un poco, y a los grandes que le gane la impaciencia.
La narración cuenta con varios momentos de humor, muchas escenas graciosas, otras emotivas, además de la clásica presencia del malo imprescindible en toda historia, el que pretende imponerse de cualquier modo.
Realizado con una gran calidad técnica, la gestualidad de todos los animales es impecable, se comunican entre ellos con voces humanas y utilizan pocas canciones para amenizar las imágenes. Todo está centrado en lo que le sucede al protagonista, quien nació demasiado bueno para ser lo que el destino le tiene preparado y él no quiere ser parte de ese circo. Por eso hará todo lo posible para combatirlo y dejar finalmente una moraleja importante sobre lo que son, en definitiva, esas famosas corridas de toros.