Olvidalos y volverán por más

Crítica de Brian Macchi - Fancinema

LA TIERRA NO SE TOCA

En plena discusión por el desarrollo de la actividad minera en nuestro país, luego de que la empresa canadiense Barrick Gold, que tiene a su cargo la explotación de la mina de oro en Veladero, San Juan, reconociera otro derrame de solución cianurada, el compuesto químico que utilizan para separar los minerales de las piedras, el documental Olvídalos y volverán por más: Megaminería y neoliberalismo busca informar y concientizar sobre los grandes peligros que produce esta práctica.

En este trabajo filmado en varios países, desde Canadá hasta Argentina, se cuenta cuáles son los impactos de la megaminería como avanzada del neoliberalismo que saquea los territorios donde antes hubo agricultura, contaminando las nacientes de los ríos y explotando las montañas.

Iniciándose con furiosa actualidad, exponiendo la temática de la fuerte suba de las tarifas de luz y gas por parte del gobierno de Mauricio Macri, la producción recorre la pelea frente a la actividad minera desde la emblemática lucha de Esquel a comienzos del siglo XXI, que llevó a la sanción de una ley que prohibió la megaminería en Chubut en 2003; pasando por las experiencias de luchas de sociedades como las de Jachal, Famatina y Andalgalá en contra de la instalación de emprendimientos mineros.

Este documental se destaca por no centrarse solamente en el drama ambiental que causa esta actividad, sino por exponer las implicancias políticas y económicas que conlleva. El plan preciso y estudiado por las empresas para instalarse y cómo buscan presentarse con una imagen social benefactora y limpia para esconder sus verdaderas intenciones. A su vez, se exhiben las influencias que tienen estas empresas sobre los gobiernos para adquirir de manera fácil y rápida sus necesidades para poder lograr extraer los recursos naturales de los suelos.

A través de algunos reportajes y muchas imágenes de archivo, la cinta expone en forma clara el oscuro entramado de las compañías mineras en busca de sus objetivos, sin importar si destruyen montañas, ríos hasta pueblos enteros, como ocurrió en Canadá que desalojaron a un poblado entero con tal de poder extraer metales preciosos de esa tierra.

Quizás la principal falencia que contenga este documental es que su estructura resulta más televisiva que cinematográfica, pareciéndose más a un informe emitido en años anteriores en la pantalla chica que a una producción destinada a exhibirse como un largometraje.

Más allá de esta cuestión estructural, Olvídalos y volverán por más: Megaminería y neoliberalismo resulta de un gran atractivo para conocer a fondo cómo se desempeñan las empresas mineras detrás de esa imagen pulcra y limpia que intentan transmitir y el por qué de la “protección” que obtienen de los gobiernos, sin que importe el desastre ambiental, económico y social que realizan estas deplorables compañías.