Otro producto pop de consumo rápido
Cada tanto algún productor avispado da en la tecla del gusto popular y se llena los bolsillos explotando a cinco adolescentes desesperados por convertirse en celebridades, hacer dinero rápido o difundir su "arte" como cantantes, bailarines o lo que cuadre (una combinación de las tres posibilidades también es bastante probable). Las boy bands han existido desde mucho antes que Simon Cowell, el ex jurado "malo" de American Idol, tuviera el presentimiento de que esos chicos que acababan de perder en el reality británico The X Factor tenían un futuro juntos por lo que decidió invertir su tiempo y algunos billetes en la grabación de un álbum. Cowell apostó por One Direction y no se equivocó. El grupo vocal masculino ha batido varios récords desde el lanzamiento en 2011 de su CD debut Up All Night pero más allá de los números es poco lo que se puede decir excepto que venden lo de siempre: energía juvenil, música intrascendente y moda pasajera. Aprovechando el envión comercial que está en su mejor momento a Sony se le ocurrió producir un filme que documente la vida de estos muchachos de apenas 20 años antes, durante y después de una gira mundial. La excusa perfecta para enhebrar algunas actuaciones en vivo mezclándolo con material de backstage y con unas entrevistas por demás previsibles que al común de la gente dejará sin cuidado. Claro que One Direction - Así somos no está destinada a un espectador promedio sino a las fans de la banda que son, en definitiva, quienes tendrán la última palabra.
No ví la película en la función privada organizada para los cronistas de cine sino con el público preadolescente el día del estreno. Me alegro de haberlo hecho porque me ayudó a sacar algunas conclusiones interesantes. Creo haber sido el único adulto en la sala y uno de los poquísimos hombres infiltrado en la platea. No hay dudas de que el documental usufructúa un fenómeno ya visto en reiteradas oportunidades por quienes contamos con varias décadas sobre el lomo y que el ámbito cerrado del cine resulta enteramente propicio para la observación in situ de las reacciones de las fans cuya edad promedio calculo en unos 13 años. Cuanto ocurría en la pantalla causaba una reacción inmediata entre las chicas que pese al griterío y bullicio lógico se comportaron bien, sin excesos. La obra, como es natural, no me generó nada pero sí fue toda una experiencia poder apreciar de primera mano cómo afectan Niall, Zayn, Liam, Harry y Louis a su audiencia simplemente por pararse frente a la cámara. A One Direction se le festeja todo: las canciones mediocres, también. Quizás los chicos no sean malos cantantes pero con semejante repertorio es imposible saberlo.
Quizás el mayor misterio que rodea a One Direction - Así somos esté relacionado con Morgan Spurlock, su director. ¿Qué fue de aquel realizador contestatario que criticaba a la sociedad de consumo en documentales como Super Size Me? Spurlock parece haber olvidado algunos de sus ideales y ahora él mismo te vende un producto de consumo rápido destinado a perecer en el olvido cuando las jóvenes seguidoras de la película cumplan los 15 años.