Una observación experimental de personajes marginados en la superficie cultural
Una mujer grande mayor ingresa a una habitación y se ve al espejo delinea sus ojos. De fondo una musicalización a base de piano , una guitarra desgarradora y diferentes enfoques intimistas. Así comienza el nuevo filme “One Shot” del director Sergio Mazza que remarca su estilo en tratamiento de personajes por separado con huellas en común. Por Florencia Fico
El director Sergio Mazza lanza una nueva película que transita por el personaje de Marita que es una mujer transexual de una acotada localidad de Entre Ríos. Ella tiene una vida solitaria y ve que en su pueblo la transexualidad se la aborda como una figura sin comprensión y no como una elección de identidad.
El filme de 84 minutos es apto para mayores de 16 años y es interpretado por los actores: María Laura Aleman, Chang Hung Cheng, Esther Goris y Belén Blanco.
La actriz María Laura Alemán compone a Marita es una mujer transexual de 60 años que para poder adquirir su real identidad de género y pasar su desarrollo como Marita expuso a transformaciones duras para consigo misma, familiares y a su ex esposa Mercedes a quién todavía ama y toma la decisión de tomar distancia.
En territorio entrerriano Sergio Mazza ya se siente cómodo fue el caso de la película El Gurí en 2015. Narra las dificultosas condiciones en un lugar aislado de pescadores, en constante inundación con mala situación económica; y sitúa a Gonzalo un niño de 10 años en ese contexto de vida y sus aspiraciones erróneas de una generación mayor a través de un viaje a otra localidad.
Mazza a su vez como guionista aporta al género del drama en éste caso la separación de Marita y sus parientes por sus deseos de escoger su identidad de género. Esto se repite en la película El Gurí (2015) donde su mamá se va debido a un padecimiento de salud. Mazza captura esos estados de “transición” en Marita y la “peregrinación” de Gonzalo quíen se hace cargo de su hermana de 8 meses. Son personajes centrales y en soledad o crecimiento. Asimismo suma personajes atravesados por la pérdida o su lucha sin compañía.
Tal cual como sucede en el argumento de la película “Graba” en 2010 en la cual Sergio expone a una pareja a la pérdida de sus hijos. Esta fórmula que aplica Mazza de: conflictos familiiares, descubrimientos y sueños personales, aislamiento y soledad tiñe la marca que funciona como disparador de su sello distintivo.
Un ejemplo su anterior filme “Vergara”(2018) en el personaje Marcelo Vergara como un hombre distante, seco y egocéntrico que aún piensa entre su adolescencia y su actualidad. Pero hoy, con 40 años, Marcelo tiene una propuesta, un deseo que no puede sacárselo de su desordenada mente: ser papá. Su idealización en apariencia está cada vez más alejada: Natalia, su novia actual decide separarse de él. Y los análisis de fertilidad señalan que las posibilidades de engendrar son aminoran con el tiempo.
En “One Shot”, la especial y característica utilización de los planos cerrados, zoom in, primer plano y detalle hacen que del filme una escena fría sin dialogo la marca de la película. A veces la cámara juega a moverse como manipulada a mano, y movimientos naturales surgen.
El empleo de subtitulado explicativo de cartas enviadas a Marita y la gestualidad a la deriva de María Laura Aleman se hacen frecuentes. No son buenas noticias le informan que han alquilado su oficina lo que la obliga a mudarse. Aleman deslumbra con su lento modo de hablar, su dentadura impostada y una equilibrada trans sin cliché.
“Nadie se quiere atender con vos”, le dice un escribano que se preocupa por su salud. Alemán habla entredientes y su maquillaje en tonos pastel la hace ver como una señora tranquila. Ella le responde: “¿Cómo me decis eso, a mí nadie me dijo nada?”.
Hay un remarcado sobre un subtitulo ” en mi familia somos Open mind” en su conversación con el especialista, que la ubica de manera peyorativa en su puesto de trabajo y concluye” pero no lo podemos sostener empresarialmente”.
“No es una decisión, yo a lo sumo decidí hacerme cargo de mí vida”, recalca Marita a su escribano.
Se agregan personajes, el de una mujer(Eugenia Schilling), que describen los subtítulos como: “la rara del pueblo, fuma porro, hace circo, es DJ y es amiga del chino del super”. El es Chan interpretado por Chan Hung Cheng, la acompaña haciendo yoga y meditación.
Chan provinene de Fu-Kien localidad japonesa pero se traslado a Argentina con su familia y salirse de su responsabilidad de Sensei aunque sean originarios de China. Entre sus otros trabajos hace masajes y digitopuntura. Se muestra su grupo de WhatsApp en el cual les comenta sus aptitudes y el costo de las sesiones pero todos tres abandonan su grupo. Sus familiares se enojan porque no está trabajando en el mercado.
Marita tiene vestuarios de color rojo, coral, blanco, a veces usa pañuelos y en su cómoda exhibe sus maquillajes, hace caminatas y sale a hacer las compras al supermercado chino de Chan. Dos personajes unidos por su sentimiento de incomprensión social. Su tristeza, malestares y maltratos.
El arte de ésta película es poner en escenas con música y sin charla el desasosiego y la tranquilidad al mismo tiempo. El ruido y el silencio. Las convenciones y las alternativas a su vez mezclarlas, hacerlas luz y sombra de éstos protagonistas”La trans y el chino”.
Sus distintas formas de búsqueda de placer desde una fotografía viaja a una sacada de forma digital. La erotización es un género que puede encamarse en este filme. El placer personal y la estimulación visual sin pareja es una aventura enlazada para los dos.
Esther Goris protagoniza a “Mercedes” la ex esposa de Marita quien le envía una carta que porta un mensaje contundente que deja sin palabras a todo espectador. El escrito deja en claro que quieren comprarle la parte que le corresponde a Marita en la escribanía que construyeron ambos.
De pronto va a la country de Mercedes su ex mujer comentan sobre sus actividades Marita le dice que sigue componiendo música. Son con iluminación natural por lo general claros. Manifiestan sus miradas filosóficas de la existencia humana: “La vida es cambio, cambio y de eso no se puede volver” (Eráclito), dice Mercedes. Y Marita contesta: Borges ” Si la flecha del tiempo se invirtiera vos tendrías premoniciones del futuro pero es lo mismo que recordar el pasado”.
Empiezan a discutir las actuaciones de Maria Laura Aleman y Esther Goris son genuinas cuando se ponen en la mesa temas como la plenitud propia y ajena. A éste capítulo Mazza lo llama “Ex marida, mujer y socias”.
Sobre el egocentrismo Marita opina: “Por qué pensas que fui egoísta, si lo que yo hice fue seguir mis impulsos…Y si no encaraba esto sentia que me moría y ese no es tu cuerpo es mi cuerpo”. Asimismo recuerda los lugares de los que fue expulsada aunque Mercedes le remarca que ella le quitó a su hombre que fue. “Vos no te animas a conservar tu género, y el estar casada con otra mujer”, apunta Marita.
Se descubren las negociaciones que implicaban la convergencia solapada de la transexualidad en una pareja heterosexual como el uso de camisón, maquillaje, pollera. Esta relación con una trans estaba ya prefigurada; ya se sabía de entrada a su vínculo.
“Vos sos muy corajudo o corajuda no quiero ser hiriente”, señala Mercedes pero ella no quiere seguir librando estas batallas. Lo identifica como a una persona con: “aguante”, “persistencia”. Ella quiere vender la escribanía pero sin Marita con el justificativo: “Te acompañé hasta el quirófano” y contesta Marita: “Creo que esa fue tu lucha”.
Otro capítulo es “La familia” y “El padre” que conjuga la aceptación de sus hijos como trans y su crianza a su vez con los nietos. La actriz Belén Blanco personifica a una artista y la hija de Mercedes y Marita. Ella tiene más confianza con Marita y le confiesa que se separó de su esposo porque se puso tenso el papá de sus nietos al verlo entrar a la escuela de los niños.
En planos más oscuros en penumbras su hija le advierte a su padre como ella lo sigue llamando a pesar de su transexualidad. y le pide dinero 100.000 pesos para viajes. “Me estas pidiendo plata cada dos meses”, le recuerda Marita. Ella constribuyó para que se abra su galería. Suenan campanadas de sepulcro, algo quemándose y un toque lúgubre.
Por otro lado Chan no quiere vivir más en Argentina porque se ve obligado a hacer lo que su familia dictamina y lo charla con una compañera quien lo entiende. A ella sus padres la enviaron a Argentina a trabajar en el supermercado también, ella hubiera preferido ser bailarina o pintora.
El siguiente capítulo de ésta película se titula:”La trans, el patriarcado y de cómo evolucionó la charla”, el escribano roza una escopeta que nunca se había descolgado y se la pasa por encima y le indica: “Yo te digo que firmes y que dejes de romper las pelotas, escuchame la vida sigue igual con tus pelotudeces, y la escribania es un hazmereír y vos no me vas a hacer quedar como un pelotudo. Encima andas pavoneandote, Juan Carlos” . E inicia un rosario de burlas: gordo, trolo, ridículo y monstruosidad.
Hay un evidente manifiesto de parte del director en contra de la violencia transfóbica y explica: “es un castigo a desafiar la norma de género, teniendo 1 asesinato por cada dos días y una expectativa de vida de 35”.