El desequilibrio
La segunda película de Sergio Mazza estrenada este año y a solo una semana de Vergara (2018), su antecesora, narra el cambio de vida de Marita, una trans de 60 años que luego de medio siglo en el cuerpo de un hombre decide comenzar el proceso de transición para asumirse como mujer.
Protagonizada por María Laura Alemán, One Shot (2018) se basa en las propias vivencias de la actriz que a los 50 años, casada y con hijos, realizó el proceso para adoptar su verdadera identidad de género. La trama se ubica años más tarde y muestra como tal decisión no solo cambió su vida física sino también lo concerniente a lo laboral, social y familiar.
La historia, ambientada en Victoria (Entre Ríos) sigue dos líneas narrativas y es ahí donde lo que podría haber sido interesante se convierte en fallido. Por un lado se cuentan las vivencias de Marita y su conflictiva relación con su socio en la escribanía, con su ex mujer (Esther Goris) atravesada por la transexualidad y con una de sus hijas (Belen Blanco). Mientras que por el otro sigue a Sensei, un inmigrante chino, aficionado a fotografiar prostitutas y trabajador de un supermercado. La idea de un planteo sobre minorías y discriminación sexual y racial no logra definirse frente a dos historias con fuerzas diferentes que nunca conectan entre sí salvo en un final forzado. La segunda queda totalmente relegada y se vuelve invisible frente a la potencia de la primera. Hay buenas intenciones y una urgencia para contar un tema actual pero ambas cosas solas no alcanza, se necesita mucho más.
Mazza divide la historia en episodios y sobreimprime sobre las imágenes textos con datos relevantes sobre la transexualidad, la discriminación, la inmigración e incluso añadiendo información de Marita como un complemento de una historia despareja, que sube y baja en busca de un equilibrio que nunca encuentra.