Ónix

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Puentes entre adolescentes

Historia de reencuentros familiares a partir de un hecho desgraciado, la segunda película de Nicolás Teté (Últimas vacaciones en familia) es sencilla, eficaz y emotiva. Una jovencita llega a San Luis para asistir al velatorio de su abuelo, un personaje querido en su pueblo, y allí debe convivir un par de días con sus primos, a los que no ve hace rato. Primero hay frialdad y distancia, pero de a poco la relación entre ellos se va estrechando, se independiza de los conflictos que persisten entre los adultos.

Ónix tiene buenas actuaciones, un humor suave e inteligente y un sólido trabajo de puesta en escena. Su mayor fortaleza es la virtuosa exploración de los vínculos entre esos adolescentes que transforman un momento difícil en la oportunidad para tender puentes. Y ahí es donde cobra vital importancia el desempeño de un elenco suelto y cargado de gracia que ilumina un relato que arranca con un tono lúgubre y de a poco se va poblando de colores.