Una historia de celos, deseos y conflictos
Opciones reales tiene un lenguaje fragmentado
La ciudad de Tandil es el destino de Lucio, un joven que desea protagonizar una película pornográfica. En el viaje conoce a Gloria, con la que traba una amistad que se convierte en amor y deseo. Al llegar a su destino, se siente atraído por Milena, alguien en quien él cree ver los rasgos de Gloria.
Sobre la base de un guión por momentos indescifrable, el director Silvio Fischbein intentó lograr una historia de celos, deseos y pequeños conflictos en los que se mezclan las andanzas del joven con esas dos mujeres que, al parecer, son una sola. De nada fácil lectura, el film procura insertarse en distintas opciones que lo llevarán a confundir entre lo imaginario y lo real. El realizador y coguionista recorre el camino de su protagonista en medio de atrayentes planos acompasados por una fotografía que se destaca por su color y por una cámara a veces inquieta y otras muy movediza. El film asoma con algún acierto en la intención de armar y desarmar un puzzle en medio de una ciudad nocturna, casi único escenario de la historia. No es mucho, en realidad, lo que Fischbein logró con esta aventura cinematográfica en la que todo son posibilidades, encuentros y desencuentros. Para el público adicto a esas tramas difíciles, Opciones reales puede tener alguna cabida. La mayoría, en cambio, encontrará una serie de signos nada fáciles de desentrañar.