Operación monumento

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

UNA GUERRA DE MUSEO

Ni el gran elenco ni el gran tema logran elevar este filme por encima de la monótona corrección. La pregunta que plantea es: vale la pena el sacrificio de un hombre para salvar una obra de arte. Y el filme con poca suerte transita por ese callejón. También parte de un hecho real: A finales de la II Guerra Mundial, a un selecto grupo de historiadores, directores de museos y expertos en arte, tanto británicos como norteamericanos, se les encomienda la importante y peligrosa misión de recuperar las obras de arte robadas por los nazis durante la guerra. Un operativo casi imposible: las obras estaban muy bien custodiadas y el ejército alemán tenía orden de destruirlas en cuanto el Reich cayera. Pero claro, aún había guerra y el arte y la muerte se pisaban los talones. Filme convencional, que se ha empeñado en darles carácter a sus personajes, pero que carece de fuerza y compromiso estético. Nada está mal pero nada conmueve ni interesa demasiado. Es llevadera y tiene algunos buenos momentos, pero eso no debería ser suficiente. Clooney adopta los trazos de una comedia ligera para dar cuenta de un suceso que exigía más nervio. No hay peligro cierto no hay guerra, no se compromete emocionalmente con la historia, lo que queda es una decena de tipos simpáticos en busca de alimentos para los museos. En el final, su personaje habla sobre el valor simbólico de esos salvatajes, explica que esas obras son de la humanidad, que fueron creadas para el disfrute de todos los hombres. Y que, aunque se perdieran algunas vidas, había que ponerlas lejos del afán destructivo de un régimen que buscaba aniquilar la humanidad incluso desde la belleza.