El arte en su época de destrucción técnica.
Los “hombres de los monumentos” fueron una fuerza especial creada durante la Segunda Guerra Mundial por el entonces presidente norteamericano Franklin Roosevelt, denominada “American Commission for the Protection and Salvage of Artistic and Historic Monuments in War Areas”. Estos hombres de trece naciones diferentes tenían como misión proteger, recuperar y devolver a sus dueños originales el patrimonio histórico artístico de la humanidad que la Alemania nazi se estaba apropiando o que estaba siendo destruido por las circunstancias de la conflagración a lo largo de toda la Europa ocupada.
George Clooney no solo nuevamente incursiona en la dirección y la actuación sino que además vuelve a participar en el guión adaptando el libro de Robert Edsel (presidente de Monuments Men Foundation, una fundación creada en 2007 para preservar el legado de tamaña tarea), autor de The Monuments Men: Allied Heroes, Nazi Thieves and the Greatest Treasure Hunt in History.
Tras conseguir la aprobación presidencial para conformar una fuerza especial para rescatar las obras de arte robadas por los nazis en Europa y proteger en la medida de lo posible los edificios históricos de los bombardeos indiscriminados de la aviación, Frank Stokes (George Clooney) le propone a siete curadores de arte, arquitectos, historiadores del arte y directores de museos que se sumen a la tarea. Después de un entrenamiento básico desembarcan en Normandía y comienzan su búsqueda de los objetos artísticos desaparecidos. El rastro de las pinturas y esculturas robadas los conduce hacía el corazón de una Alemania que se desmorona ante el avance de los aliados. Cuando Hitler firma la orden para destruir todas las obras ante la posibilidad de una derrota y a medida que los alemanes retroceden y los rusos se van apoderando de las obras de arte como compensación por las pérdidas de la guerra, la empresa se vuelve una cuestión desesperada con vistas a llegar antes de que todo esté perdido.