Se esfuerza demasiado...
Desde el trailer toda parecía indicar otra genialidad del director/actor/productor/guionista George Clooney, pero las apariencias en este caso engañan y bastante...
Esta nueva película tiene premisas muy buenas, como por ejemplo traer a la pantalla una temática poco explotada como la recuperación y conservación de grandes obras de arte durante la segunda guerra mundial. También cuenta con un cast de lo más talentoso y carismático que incluye nombres como Matt Damon, Bill Murray, Cate Blanchett, John Goodman, Bob Balaban, Jean Dujardin y Hugh Bonneville. Por otro lado, se nota una inteligencia creativa alta y una puesta en escena muy profesional. Entonces, ¿cuál es el problema de esta producción? La respuesta es sencilla: No se arriesga lo necesario y se esfuerza demasiado por quedar bien con Dios y con el Diablo. Clooney es un tipo que conoce muy bien la industria, sabe quienes son los que mueven los hilos y tienen peso dentro de ella. Muchos de estos sujetos, lamentablemente son snobs que viven en un mundo bastante apartado del de los espectadores y que se han quedado con una concepción de lo que es el cine un tanto vieja.
La trama que plantea el director juega con los géneros comedia, drama y bélico, pero la verdad es que se queda bastante tibio en los tres. Predomina la comedia, pero así y todo no consigue que el público se enganche. El humor es demasiado sutil por momentos y no logra sacar más que una tímida mueca en la comisura de los labios. La parte dramática tiene un lugar menor pero es la que logra mejor su cometido en el poco tiempo que tiene en pantalla. Lo bélico, está pintado al óleo directamente, con una puesta muy grande para lo poco que transmite cada uno de esos momentos. Uno no llega a creerse nunca que eso es fue terreno de batalla, no se respira la guerra, no llega a involucrar al espectador con la empresa que tienen estos hombres de los monumentos. Como dije anteriormente, no se juega por ninguno de los géneros y no logra transmitir sensaciones reales.
No diría que es una mala película, pero sí que no es una película memorable o trascendente. Hay que ser muy correcto, muy medido, muy sutil para disfrutar de este producto. El maestro Clooney no se la jugó y terminó enganchando a algunos críticos más no al espectador que es, en definitiva, quien lleva realmente la batuta en el cine.