Experimentación nazista
“Operación Overlord” (Overlord, 2018) es una película bélica de acción y suspenso dirigida por Julius Avery. Escrita por Billy Ray y Mark L. Smith, la producción estuvo a cargo de J. J. Abrams (Super 8, Star Wars: Episodio VII – El despertar de la Fuerza). Protagonizada por Jovan Adepo, el reparto se completa con Mathilde Ollivier, Wyatt Russell (Black Mirror), John Magaro, Iain De Caestecker, Dominic Applewhite, Gianny Taufer, Pilou Asbæk (Euron Greyjoy en Juego de Tronos), Jacob Anderson, entre otros.
En la víspera de la batalla de Normandía, un grupo de soldados estadounidenses es enviado en avión a destruir una torre radial alemana ubicada en una iglesia. No obstante, la caída en tierras enemigas es de lo más complicada ya que el avión resulta bombardeado. Luego de que Boyce (Jovan Adepo) pueda reencontrarse con el teniente Ford (Wyatt Russell) y los soldados Chase (Iain De Caestecker) y Tibbet (John Magaro), el grupo le pedirá refugio a Chloe (Mathilde Ollivier), una francesa que vive en la aldea junto a su tía enferma y su hermanito Paul (Gianny Taufer). Debido a una situación inesperada con un animal salvaje, Boyce terminará infiltrándose en el laboratorio que existe debajo de la iglesia, el cual hasta ese momento era desconocido para él. Lo que descubre allí sobre el accionar de los nazis será muchísimo peor de lo que se imaginaba.
Con una enérgica secuencia inicial que nos muestra la caótica llegada a tierra firme de Boyce por medio de un paracaídas, “Overlord” no defrauda al combinar un escenario de guerra con un aspecto más irreal como lo es la creación de zombies nazis a través de un suero rojo. Este cóctel podría haber salido muy mal, sin embargo el director lo supo aprovechar para brindarnos una película llena de gore, tensión y violencia en su máximo esplendor.
Teniendo algunas escenas previsibles y algún que otro personaje habilidoso en el uso de armas para beneficio del relato, la cinta se transforma en un entretenimiento pleno durante sus casi dos horas de duración. Aquí no se necesitan detalladas explicaciones en cuanto a las personalidades de los soldados para saber de qué bando estar: ya al ver el carácter de los alemanes y sus experimentaciones nos basta y sobra. En cuanto a los zombies, no son muchos los que se muestran pero estos pocos alcanzan para sembrar el terror en el espectador. Feroces, horrendos y con una fuerza inigualable, los seres se vuelven casi indestructibles, dando la sensación en ciertos momentos de que, más que una película, estamos siendo testigos de un videojuego muy bien realizado.
El sonido es otro de los componentes que ayuda a que nos sintamos inmersos en la trama. Con tiroteos y explosiones por doquier, en varias partes la película se vuelve no apta para impresionables. Además, la ambientación oscura capta a la perfección el miedo que se vivía en esa época; en especial en los pueblos donde cada noche, por cuestión del azar, los nazis se metían en el hogar que querían y cualquier hecho terrible podía ocurrir.
“Operación Overlord” atrapa al espectador y no lo suelta hasta el inicio de los créditos. Pochoclera a full, la película brinda un giro pintoresco a las historias sobre el nazismo que, a esta altura, se súper agradece.