Inspirada en una operación militar histórica que inició la caída de la Alemania nazi, el prolífico productor Jeffrey Jacob Abrams -también director de Súper 8, Star Wars: el despertar de la fuerza o la nueva revisión de Star Trek- mezcla elementos de acción del cine bélico clásico con algunos elementos de terror y cine fantástico, sumado a la referencia de la franquicia de videojuegos Wolfenstein.
Situada en la Segunda Guerra Mundial, el film tiene como protagonistas a un grupo de paracaidistas aliados que en la víspera del Día D debían llevar a cabo una misión crucial que preparaba el terreno para el inicio de la derrota del nazismo y un hito histórico de la Segunda Guerra Mundial: el desembarco de Normandía. Pero a medida que se van acercando cada vez más a su objetivo, descubren que los nazis se encuentran realizando diversos experimentos sobrenaturales.
Con un comienzo que trae a la memoria la primera secuencia de Rescatando al soldado Ryan -salvando las gigantescas diferencias de actuación y producción-, centrado en el acercamiento de los aviones a su objetivo mientras estos son atacados por la defensa alemana y posterior lanzamientos de los paracaidistas hasta que logran arribar a su destino, el film tiene buen ritmo e intensidad sumado a un gran trabajo de la banda sonora que destaca el tono bélico.
Conforme avanza la historia los elementos fantásticos harán aparición y toma otra dirección más sobrenatural y terrorífica, pero apenas funciona como película de terror con un par de sustos predecibles a golpe de montaje y banda sonora estridente, y comienzan a aparecer múltiples referencias a series B, Gore, temáticas diversas y cierto disparate zombi, incluso el suero del súper soldado de Capitán America.
A pesar de la propuesta original, Operación Overlord desaprovecha situaciones y varios personajes, menciona criaturas antinaturales que luego no desarrolla dispersando los elementos de terror, le falta histrionismo y tampoco llega ni al nivel de delirio del videojuego. Pero, por sobre todo, desperdicia la potente imaginería que tiene a su alcance siendo más terrorífica la propia realidad de los experimentos de Mengele y compañía que lo planteado aquí.
No hay nada en Operación Overlord que no se haya visto más y mejor en otros films, pero el interesante comienzo y buen ritmo del relato en general logra entretener y volverlo rápidamente olvidable.