Operación Overlord: Un experimento digno de los Nazis.
Un grupo de soldados deberá adentrarse en un pequeño pueblo en el que los Nazis están extrañamente interesados.
Los Nazis hicieron cosas malas. Esa es la base que utiliza Bad Robot, la productora de J.J. Abrams, para realizar su primer proyecto para mayores de edad. Una propuesta con suficiente violencia y sangre como para ganarse a los fanáticos del cine de género. Sin nombres importantes y sosteniéndose solo con una premisa que activa la curiosidad, una de esas propuestas tan Netflix a los que el bueno de Abrams nos tiene acostumbrados.
Nuestro protagonista es un joven soldado afroamericano que se zambulle en tierras alemanas en la antesala al Día D, con el objetivo de destruir una torre de radio que podría llegar a arruinar lo que terminaría siendo, sin dudas, una de las invasiones clave en la Segunda Guerra Mundial. Lamentablemente para él y los que lograron sobrevivir el aterrizaje: la torre en cuestión también sirve como el centro de experimentación de los científicos nazis que quizás, en esta cinta de ficción, no están TAN locos como uno podría creer.
Hay films que pueden discutirse sin enfocarse en sus productores, pero en este caso es un producto muy típico de la mente de Abrams. Como todas y cada una de sus producciones, sea en la silla de director o la de productor, sigue la linea de pensamiento que rige su carrera: que lo más importante en una película es sostener la atención y curiosidad del espectador ofreciendo intriga y misterio que pueden o no (esta parte no le interesa mucho) resolverse satisfactoriamente. Él llama este método la “Caja Misteriosa“, o Mystery Box, y la audiencia solo puede esperar que no todas sus creaciones terminen consumidas e infectadas por completo por esta nefasta práctica cinematográfica.
En este caso, afortunadamente, no hiere mortalmente a la película. Aunque si vemos varias consecuencias. La misma arranca de forma muy sólida, antes de que lo sobrenatural se la lleve puesta se trata de una muy buena cinta de la Segunda Guerra (especialmente destacable siendo que es un evento histórico tan trillado a esta altura). Pero lamentablemente, una vez que nuestros héroes llegan a su destino arranca un eterno estado de “y a ver que hacemos con esta película“. La última hora del film es una sucesión de eventos, algunos más largos y otros que apenas duran una escena, para mantener a los personajes ocupados y al público expectante de algo. Aunque de nada realmente, es una película completamente vacía que gracias a un buen trabajo de producción logra mantenerse al borde de lo aceptable.
En todo aspecto técnico se realizó un buen trabajo, y particularmente la dirección de Julius Avery que se encargo de que los momentos más interesantes lleguen a ser muy entretenidos de ver. En cuanto al elenco, más allá de no haber ningún nombre destacado si encontramos interpretaciones de buen nivel en su mayoría. Quizás el protagonista sea de lo más flojo, pero ciertamente no ayuda el desastroso guion que lo expone con un personaje tan estático y frustrante. Pero aunque su personalidad resulta tan forzada, él y el resto de los actores hacen un buen trabajo en esta producción con tantos momentos teatrales. A pesar de que en ningún momento resultan demasiado interesantes, hay varias instancias en que el debate entre sus personajes es el foco solitario de la película.
Entre un poco de espectáculo a lo blockbuster y que en su mayoría se trata de un film pequeño, el director encuentra un equilibrio que la convierte en una experiencia con tantas lagunas de interés que la mayoría no va a encontrar muy difícil de ver. Un fuerte comienzo no compensa el resto de la película, pero aquellos fanáticos de género que a esta altura todavía aguantan otra película de la Segunda Guerra van a encontrar en Overlord una opción relativamente aceptable. Para los que quieran ver algo más que lo mínimo indispensable… prueben con algo que no sea de J.J. Abrams.