“Operación ultra” es un pastiche. Y podría haber sido un pastiche divertido, pero humor es justamente lo que le falta. El segundo filme del director británico-iraní Nima Nourizadeh (“Proyecto X”) intenta parodiar las películas de espías que perdieron la memoria, al estilo Bourne, y cruza esta parodia con las comedias “stoner” de los 70, más una buena dosis de sangre y violencia. El protagonista es Mike Howell (Jesse Eisenberg), un chico de pueblo tímido y fumón que está perdidamente enamorado de su novia Phoebe (Kristen Stewart), una compañera incondicional que le perdona todo. Claro que nada es lo que parece y Mike es en realidad un agente encubierto de la CIA entrenado para matar, aunque él no lo sepa. Convengamos que la premisa del espía con amnesia está trillada y Nourizadeh no hace mucho para aportar algo nuevo. “Operación ultra” se vuelve aburrida y previsible, y cuando pasó menos de una hora el interés decae a cero. Y como comedia bizarra tampoco funciona. Sólo algunas escenas de acción vibrantes logran meter tensión, pero este efecto se agota a los pocos minutos. Jesse Eisenberg (“Adventureland”, “Red social”) se salva porque siempre es un gran actor y al personaje de loser se lo sabe de memoria. Kristen Stewart, en cambio, es pura belleza gélida y un puñado de mohines.