Mezclar no siempre es malo
Nima Nourizadeh había demostrado con su opera prima, Proyecto X (Project X), dos características fundamentales que lo ubicaban como a un tipo al que convenía prestarle atención. Aquella película (uno de los mejores exponentes de la anarco comedia adolescente) no sólo entraba y salía de géneros formalmente opuestos sin afectar en ningún momento el espíritu festivo sino que, además, elevaba exponencialmente la propuesta de cada uno de ellos hasta rematar en un clímax que los envolvía a todos.
La comedia en Proyecto X era cada vez más absurda sin afectar el verosímil, el drama era cada vez más denso sin afectar la comedia, la acción era cada vez más desenfrenada sin perder la densidad del drama y todos esos géneros se mantenían a lo largo del film sin afectar la base formal del found footage (que nunca abandonaba). Ese era el resultado de un profundo conocimiento sobre las bases del cine de género y de una consciencia sobre el arte de narrar que no abunda. Saber qué se quiere contar y cómo hacerlo. ¿Simple? No tanto. Ambas características continúan presentes en su nuevo opus Operación Ultra, esta vez con un sólido guión de Max Landis, hijo del enorme John Landis (dato no menor para entender la capacidad de la película de encontrar el orden dentro del desenfreno).
La capacidad narrativa de Nima Nourizadeh y el desenfreno del guión de Max Landis hacen de Operación Ultra (American Ultra) un híbrido orgánico y equilibrado.
El film pasa de la comedia fumona a una acción más propia del cómic que del cine, de esta, a las películas de agentes secretos post 11-S y de ahí, al romance y el drama. En ninguna parte de este periplo estilístico Operación Ultra traiciona el código con el espectador sino que, por el contrario, se solidifica cada vez más a medida que más variables entran en juego.
La dupla guión-dirección tiene en claro que el objetivo es entretener, pero no descansan sobre esa confianza para mostrarnos un compilado de gags entre secuencias que no tienen conexión entre sí, sino que profundizan en cada una de las decisiones que toman y las sostienen hasta las últimas consecuencias.
Operación Ultra es honesta y desprende amor al cine en cada fotograma.