Operación Ultra es una película de autor. Generalmente, este término se reserva para creaciones de cineastas de la talla de Francis Ford Coppola o Woody Allen, o piezas más independientes como Boyhood de Richard Linklater o Dallas Buyers Club de Jean Marc Vallée. Sin embargo, esta comedia de espías también queda catalogada dentro de esta distinción, particularmente por ser un producto de la imaginación de Max Landis. Hijo de John Landis - director de piezas emblemáticas de la cultura pop como Thriller de Michael Jackson, The Blues Brothers, Animal House y hasta An American Werewolf in London -, este guionista de apenas 30 años supo posicionarse como una de las mentes más frescas del cine comercial actual, lo que no es necesariamente una buena entrada en el currículum cuando todos los dinosaurios de la industria están llenando sus arcas a base de secuelas, precuelas y remakes.
Aún así, Max Landis consiguió en contadas oportunidades llevar sus historias al cine. En 2012 Chronicle entretuvo a algunos cuantos y la originalmente titulada American Ultra seguramente haga lo mismo. ¿Porqué tan sólo a algunos? Por que al denominar esta película como cine de autor, nos referimos a que está construida a base de los caprichos creativos de Landis y si no son partidarios de su trabajo, tranquilamente no podrán ver más allá de una comedia de acción del montón, a la altura de las circunstancias.
En pocas palabras - y mientras menos sepan más podrán sorprenderse - Operación Ultra cuenta la anecdótica noche de un jóven sin prospecto de futuro ni mucho menos (Jesse Eisenberg) quien vive con su igual de abandonada a la suerte novia (Kristen Stewart) en uno de estos pintorescos pueblos norteamericanos donde uno puede morir y vivir en paz sin que absolutamente nada aporte algo de color a sus vidas. El punto de quiebre temprano llega cuando nuestro protagonista resulta ser un agente durmiente de una agencia gubernamental, quien luego de ser activado no consigue lograr que su vida de marihuano desinteresados gobernado por sus ataques de ansiedad cooperen con las docenas de agentes que lo quieren asesinar. De ahí en más, todo es una pendiente de comedia de situación, utilizando esta inclinación hacia abajo no como algo despectivo, sino como lo divertido y vertiginoso que puede resultar una tobogan.
Sin embargo, este es el punto donde la audiencia se dividirá en dos. El motivo por el que se recalcó tanto la trayectoria del guionista detrás de la película, es porque sus historias son acerca de a quienes les pasa algo y no el algo que pasa. Operación Ultra no cuenta el enfrentamiento de dos bandos, ni las motivaciones de ambas partes, sino que es un relato en tono cómico de lo que experimentan los involucrados. Las escenas de acción, muy bien coreografiadas por Nima Nourizadeh - director de esta obra y la bien recordado Proyecto X -, no brillan por su calidad de pelea, sino por el factor humano de quienes se cruzan y así sucesivamente, contando personajes y no sus historias. Operación Ultra es una película que sucede durante los noventa y seis minutos que dura y en ningún otro momento. No hay lugar para historias de orígenes o posibles secuelas. Este caldo de personajes bien mezclados es una buena narración con el ritmo de ser relatada por un buen cuenta cuentos. A efectos de esta descripción, todo termina sonando positivo, pero es fácil comprender porqué muchos no se adecuarán a este formato.
Finalmente esta película más que aceptable que definitivamente justifica la entrada al cine, tal vez sea más disfrutada si a modo de aperitivo se consultan entrevistas a su creador o historietas escritas por el mismo, para entender cómo funciona su cabeza en relación a sus relatos y personajes. Inclusive si consultan su canal de Youtube llamado Uptomyknees, no sólo se harán más amigos de sus métodos, sino que terminarán notando como tanto Jesse Eisenberg en su rol de héroe y Topher Grace en el de villano, incorporaron a sus personajes gestos y expresiones de quien escribió sus papeles.
Operación Ultra se destaca por la frescura de creadores jóvenes con ganas de aportar sustancia a la pantalla grande y un elenco que se destaca por demostrar que se divierten con sus papeles, pero tal vez la fuerza irresistible de esta obra choque demasiado fuerte contra el público inamovible, demasiado acostumbrado al pochoclo prefabricado. Una película más, si sólo quieren ver una película más, pero un buen producto del cine para aquellos que quieran ser entretenidos.