Tres mujeres en la selva colombiana viven y sufren las consecuencias de la violencia guerrillera y de su represión. Sin diálogos, a pura imagen, Guerrero desarma las discusiones ideológicas para concentrarse en el drama humano más puro, y lleva la apuesta estética hasta las últimas consecuencias. A veces falla, es cierto, pero eso no le quita fuerza a un film que merece verse y, también, discutirse.