Oso Intoxicado tiene defectos, pero muchas virtudes: se burla de sí misma e invita a la burla del público, pero a veces se enfoca demasiado en los chistes y no permite que el espectador procese todo lo que se dice. En general, es una película para pasar un buen rato y explorar los problemas de la adicción y sus consecuencias, pero es más placentera para aquellos que disfrutan del gore y el humor absurdo.