Un tipo muy sacado lanza bolsos llenos de cocaína desde un avión. Cuando va a lanzarse en paracaídas se golpea y cae al vacío. La policía encuentra su cuerpo y descubre solo 30 kilos, una parte mínima de la carga total. El resto de la droga permanece perdida entre la frondosa vegetación de un parque nacional. Y será en esa zona que coincidirán una torpe guardaparques (la gran Margo Martindale), jóvenes ladrones de poca monta, niños perdidos, una madre que va en busca de su hija de 13 años, un veterano investigador que sigue las pistas del caso y narcos que intentan recuperar los paquetes que traficaban.
A esta descripción, sin embargo, le falta una pieza clave: sí, el oso intoxicado del título local, un gigantesco especímen que ingiere el mencionado polvo blanco, se convierte en un adicto insaciable y en un depredador de todo ser humano que esté en las proximidades.
El concepto, tan absurdo como ingenioso (aunque está “inspirado” en un hecho real ocurrido en 1985 en el Chattahoochee National Forest de Georgia), es ideal en principio para un festival de humor negro, comedia física con mucho desparpajo y desbordes propios del gore y el slasher (desmembramientos varios, sangre a borbotones), pero una vez que vimos al oso esnifar y convertirse en asesino serial de personajes que en todos los casos son decididamente patéticos el disfrute en plan “cuanto peor, mejor” se va extinguiendo, evaporando.
Por supuesto, si uno se acerca a Oso intoxicado sin grandes exigencias y desde una perspectiva lúdica (como los cinéfilos disfrutábamos del gore en las primeras películas de Peter Jackson como Muertos de miedo o Mal gusto y de Sam Raimi como Diabólico y Noche alucinante), la experiencia puede ser simpática al menos durante un rato y, por lo tanto, la propuesta de Elizabeth Banks no tiene nada de despreciable. La directora de la más que aceptable Más notas perfectas (2015) y la decepcionante Angeles de Charlie (2019) demuestra bastante timing para la comedia y el despliegue de efectos visuales ayuda a convertir al en principio encantador oso en una bestia sanguinaria, pero -quedó dicho- la fórmula se agota demasiado pronto.
PD: En el papel menor y sin demasiado vuelo de un mafioso llamado Syd aparece Ray Liotta, en el que sería su último trabajo antes de su muerte ocurrida el 22 de mayo pasado.