La historia real del oso que ingirió cocaína quedo en el recuerdo entre las crónicas policiales más absurdas que se registraron en los Estados Unidos durante los años ´80.
Pese a la naturaleza trágica de los hechos el animal luego fue embalsamado y pasó a convertirse en una macabra atracción turística de un shopping del estado de Kentucky.
Si bien el caso es curioso tampoco era un material lo suficientemente sólido para hacer una película interesante y Elizabeth Bank tomó la premisa para construir un relato ficticio diferente.
La directora desarrolla el concepto del oso afectado por las drogas para construir una comedia de terror que propone una parodia del slasher.
Después del desastre que hizo con Los ángeles de Charlie su nueva película es mucho más tolerable y funciona por momentos, si bien nunca llega ser una propuesta desopilante.
Oso intoxicado es una producción desesperada por trascender como una comedia zarpada de culto que nunca se llega a concretar.
Consigue ser entretenida pero la vas a olvidar enseguida porque no sobresale con ningún contenido notable.
Banks se vio favorecida en esta ocasión con la presencia de un buen reparto que levanta el argumento. Sobresalen con trabajos decentes Keri Russell, la siempre excelente Margo Martindale (la querida Mags Bennett de Justified) y Ray Liotta en una de sus últimas interpretaciones.
Los momentos gore están bien logrados y queda claro que la mayor parte del presupuesto fue a la realización del oso en CGI donde hicieron un buen trabajo.
Durante la gran mayoría de sus intervenciones comprás por completo que es un animal real.
Aunque Banks todavía no termina de convencer en su faceta de realizadora en esta oportunidad al menos ofreció una labor más digna.