Hace cinco años Mariano Luque estrenaba su primer largometraje llamado “Salsipuedes”, donde se abordaba la violencia de género dentro de una pareja. En esta oportunidad, el director nuevamente se adentra en el universo femenino para contar la cotidianidad de la maternidad.
“Otra Madre” se centra en Mabel, una mujer de treinta y pico que se separó de su marido y que volvió a vivir en la casa de su madre junto a su pequeña hija. Allí convive también con su hermana adolescente y su abuela. Una familia donde el matriarcado tiene un rol preponderante.
El film plantea una mirada melancólica sobre la maternidad de distintas generaciones, a través de la rutina de ciertas mujeres que son el sostén de una familia. Se las ve luchar, trabajar desmedidamente, ocuparse de sus hijas, mientras presentan una dificultad para tomar las riendas de su propia vida. Se observa el sacrificio que realizan en el cuidado de los demás, y sus sueños que quedan detrás.
En la historia no nos encontramos con muchas figuras masculinas, y los que aparecen lo hacen en un corto período de tiempo o fuera de campo. Si bien muchas de las decisiones o acciones que realizan estas mujeres están relacionadas al universo masculino (criar sola a una hija, por ejemplo), la cinta busca centrarse solamente en dichas protagonistas.
A lo largo de la trama tenemos pocos diálogos y pocas acciones (que se repiten una y otra vez dentro de la rutina), debido a que se explora más la expresividad, la mirada y los silencios de las mujeres, que terminan diciendo mucho más que las palabras. Esto se transmite a través de la utilización de largos planos.
Con respecto al elenco, nos encontramos con buenas interpretaciones en general, destacándose Mara Santucho, quien vuelve a repetir el papel protagónico dentro de un film de Luque, y la revelación de su pequeña hija en la ficción, Julieta Niztzschmann, otorgando una gran simpatía y naturalidad.
En síntesis, “Otra Madre” presenta una mirada interesante sobre la maternidad de las distintas generaciones, mostrando su lado luminoso como también los desafíos y el desgaste que esto conlleva. Criar niños, trabajar, sostener a una familia y pensar en uno mismo, una tarea compleja que solo una madre puede tener.