Directo a Netflix llega esta película danesa premiada con el Oscar a la mejor película extranjera en este año 2021. Como siempre digo, de vez en cuando aparece una isla a cuyas orillas llegamos en medio de la mediocridad.
Bien podría reducirse su historia a contar el curioso experimento (juego?) de un grupo de profesores de las afueras de Copenhage que recurren a una teoría, al menos curiosa, que asegura que los seres humanos viven con una cuota de alcohol en sangre menor a la que necesita.
Las vidas grises, monótonas, vacías de un solitario profesor de fútbol, uno de historia en crisis matrimonial y existencial, otro de psicología frustrado por no ser padre, y el cuarto, agobiado al contrario por una vida familiar con niños pequeños, comienzan a cambiar cuando comienzan a beber para alcanzar ese nivel de 0,5 y un poco más de alcohol.
Ay la ética del aburrimiento que abre a convocar ciertos demonios. Y que Vintenberg convierte en estética. La sociedad de Dinamarca, una de las más ricas y estables de Europa, apresada en esa desidia existencial de los tiempos actuales (antes de la pandemia claro). El contexto de escuela es interesante: los docentes tienen que ser un poco bufones, en competencia directa con tanto estímulo tecnológico. Si aburren, quedan fuera. Allá van entonces con el experimento que los hace trasgredir limites posibles, animarse y salir del desgano. Pero comienzan tambien a estallar las situaciones.
La pelicula fluye con momentos altisonantes, generalmente dados en los encuentros de fiesta y descontrol de los cuatro amigos, verdaderos nudos narrativos alrededor de los cuales las historias de cada uno resultan satelitales. Todo culmina en un baile final (tal vez lo mejor de la pelicula) que festeja la vida. Y para eso no hacen falta muchas palabras para entenderlo.