Con buenas intenciones...
Otro corazón es una historia familiar que gira en torno a Leo (Mariano Torre) y María (Elena Roger), quienes esperan su primer hijo, al mismo tiempo que el padre de Leo (Carlos Moreno) enferma y necesita un trasplante de corazón. Leo debe atravesar la difícil espera de un órgano que salve la vida de su padre, se hace cargo de la financiera paterna, y así deja en segundo lugar a su esposa, quien será madre primeriza, con todo lo que eso implica.
De a poco, Leo se va enredando en asuntos familiares, ya que su lejana familia paterna tiene una deuda con la empresa de su padre, su hermano no parece ayudarlo lo suficiente, y su suegra se ha instalado en su casa.
Los personajes son muchos, y no aportan demasiado, en la presentación vemos ilustraciones con todos ellos y flechas que nos indican su parentesco y relación, lo que no alcanza para que no sintamos que algunos están de más en la historia.
La trama es melosa, cae en infinidad de lugares comunes, y si pretende dejar un mensaje sobre la importancia de donar órganos, no lo logra realmente, ya que nos cuesta saber a que apunta con tantos personajes, tanta información y tan poco contenido.
Suponemos que el mensaje gira en torno a que en los momentos difíciles hay que dejar de lado el dinero, y apostar a los afectos y al futuro, pero la idea no queda del todo clara. No terminamos de entender por qué cada uno actúa de la forma en que lo hace; tanto los personajes como las acciones parecen fichas echadas en un tablero, que nunca terminan de conectarse entre sí.
Cabe destacar que tiene un muy buen elenco, pero no logran sostener un guión inconsistente, y personajes poco creíbles, algunos de ellos con muy poco para decir. Se destacan Elena Roger y Carlos Moreno.
La música pretende conmover, y no lo logra, en tanto la fotografía es apenas correcta. Es claramente una historia con buenas intenciones, que pretende dejar un mensaje sobre la familia y las prioridades en la vida, llegamos a entender que esa es la idea, pero no lo logra.