A corazón abierto
El conmovedor documental dirigido por Maximiliano Pelosi llega al cine Gaumont (y también se proyecta los viernes, a las 18.30, en el Malba) y ubica la acción en el barrio de Once.
Allí se presentan los cuatro personajes que acompañan al espectador durante la película a través de sus testimonios. Una leyenda impresa asegura que hay 250.000 judíos, de los cuales 15.000 son homosexuales y la cifra abarcaría alrededor de 60.000 personas.
Otro entre otros es una grata sorpresa por la manera de estructuar los relatos de los protagonistas: cuatro integrantes gays de la comunidad judía de Argentina (la más numerosa de Latinoamérica) que decidieron enfrentar la cámara y abrir sus corazones. El resultado es altamente emotivo, constructivo y demuestra que la discriminación está a la orden del día. Acá se habla de afectos y de un entorno religioso o familiar que no facilitó las cosas.
El film alterna los testimonios a cámara con fotografías e imágenes fijas de sus recuerdos, de sus amigos y de una madre que asegura que su hijo "tiene una vida íntima distinta a la del resto". Gustavo fue al schule, hizo su bar-mitzva, pero las cosas se complican cuando sus amigos no entienden el modo de vida que lleva y cuando su mamá lee una carta de amor.
La segunda historia gira en torno a Daniel, quien anhela ser padre y cuenta su odisea. Pero aún por ser gay no logra verse como quisiera. El tercero es Dan, un reconocido artista del medio teatral que siente la discriminación desde niño. "No me jodían porque me gustaban los hombres, me molestaban más por mi amaneramiento".
El último es Diego, un arquitecto que busca construir un lugar para los gays dentro de la comunidad judía, el JAG. "Mis padres siempre lo supieron" asegura en un tramo del film.
El film se completa con el aporte del rabino Damián Karo y el oportuno tema Salmos del Rey David sobre el final. Una película imperdible y de visión necesaria para abrir mentes y corazones.