¿MITO O VERDAD?
Ouija: El origen del mal, la secuela de la Ouija de 2014, dejó en claro que al menos en las películas, los espíritus nunca son buenos porque pueden engañar a los jugadores y encontrar una manera de entrar en el mundo físico. Las reglas establecidas son simples: no juegues solo ni sobre un cementerio. No obstante, debería ahorrarse papel en instrucciones porque, como de esperar, no serán cumplidas. Este no parece un juego para chicos.
La viuda Alice Zander (Elizabeth Raser) y sus dos hijas, Paulina (Annalise Basso) y Doris (Lulu Wilson), añaden un nuevo truco a sus fraudulentas sesiones de espiritismo e inconscientemente, abren las puertas de su casa a un auténtico espíritu maligno. Aquella fuerza se apodera del cuerpo de la hija menor y la familia, junto a un poco devoto cura (Henry Thomas, un maduro Elliott, amigo de E.T., al que se le vinieron los años encima), se enfrentará a terrores inimaginables para salvarla y devolver al intruso al lugar que pertenece.
Después de haber visto, no sé, desde el clásico El exorcista hasta Actividad paranormal, hay que dar por sentado que lo único que trae jugar con los muertos son malas consecuencias. Mark Flanagan (Oculus, Somnia: Antes de despertar), un fanático del melodrama, se guarda la parte de terror para el final, creando así empatía con sus protagonistas. De otro modo, no sería más que una decepción para los apasionados del terror. El susto fácil lo dejó en casa.
Los “científicos” dicen que la gracia de la Ouija no es más que el producto de la mente, la influencia de la sugestión sobre los movimientos corporales involuntarios e inconscientes. Esto podría justificar como, de a ratos, el juguete de Flanagan pierde lo verosímil. Si cada tablero tuviera el poder de contactarnos con fuerzas del más allá, el mundo viviría maldito. Escucharíamos voces, nos volveríamos locos. Sin embargo -y por darle un sentido a todo eso-, como decía Pablo Neruda, hay cierto placer en la locura.
OIUJA: EL ORIGEN DEL MAL
Ouija: Origin of Evil. Estados Unidos, 2016.
Dirección: Mike Flanagan. Guión: Mike Flanagan y Jeff Howard. Producción: Michael Bay, Jason Blum, Andrew Form, Brad Fuller, Brian Goldner y Stephen Davis. Interpretes: Elizabeth Reaser, Henry Thomas, Annalise Basso, Kate Siegel y Lulu Wilson. Duración: 101 minutos.