Hay oportunidades en las que se recurre a objetos viejos y clásicos que infunden miedo, o misterio, para generar historias de terror ya conocidas, pero que pueden sorprender a nuevas generaciones.
2014 será recordado como el año en que Hollywood buceó en el arcón de los recuerdos algunas ideas para poder construir historias de género, intensas y efectivas. Para el caso, un espejo poseído hacía de las suyas en "Oculus", una muñeca endemoniada acechaba a una familia en "Annabelle" y ahora le llega el turno a la tabla "Ouija" (USA, 2014) en la película del mismo nombre.
La historia del filme es simple, una joven decide aparentemente quitarse la vida y sus amigos se comunican con, ¿ella? a través del juego que permite hablar con seres que se encuentran en el más allá. Olivia Cooke protagoniza la historia (en su primer protagónico post "Bates Motel"), dirigida por Stiles White, y enfocará la atención hacia cada uno de los personajes a los que la tabla les ira determinando su suerte.
Una especie de "Diez negritos" de Agatha Christie, con un misterio por resolver (el que determinará con quién en verdad se comunican a través de la tabla) y la puesta al día de una narración que incluye la tecnología como apoyo de lo que se cuenta.
Todos los protagonistas tienen redes sociales, celulares y herramientas que permiten comunicarse entre ellos, y claro está, el truco del filme es impedir que esas vías funcionen cuando más lo necesitan.
Un mensaje en Whatsapp no visto, un mensaje en Facebook que nadie responde, la tensión que se puede generar a partir de un hecho simple y cotidiano y que en la vida real genera el mismo suspenso que en la película. También es curioso la elección del director por contraponer cada medio técnico con la tabla ancestral que permite comunicarse con el más allá, porque tampoco la conexión y el feedback será inmediato.
En el fondo la película habla de la incomunicación entre los seres, el desconocer rasgos o características del otro a pesar de creer que sí, y principalmente del miedo a la soledad que se impone en una sociedad cada vez más aislada a pesar de los avances.
No hay que esperar la gran obra maestra del cine de terror, pero si el espectador que se acerque al cine con la curiosidad de ver qué hay detrás de la tabla podrá disfrutar de un entretenimiento que otorga lo que promete.
“Ouija” tiene muchos lugares comunes y escenas obvias y predecibles, pero justamente en esa “predecibilidad” es en donde encuentra su razón de ser, y más para un público joven que espera ansioso cada nueva entrega de cintas de terror dirigida a su grupo.