Un nuevo personaje en tierras de maravilla
Desde el afiche promocional, "Oz, El Poderoso" se propone similar a "Alicia en el País de las Maravillas" de Tim Burton, también producido por Disney. Y lo cierto es que no sólo la estética, sino también la historia tienen bastantes puntos en común.
Oscar (James Franco), cuyo nombre es tan largo que se hace llamar Oz, es un mago de circo con un único propósito: ser grandioso, término que él asocia con ganar fama y fortuna. Trabaja en un circo ambulante, se considera a sí mismo un estafador, y, por un incidente con otros miembros de la troupe, debe escapar en un globo aerostático justo cuando un tornado se acerca al lugar. La violenta tormenta le perdona la vida, pero lo deja en un lugar extraño, paradójicamente llamado Oz.
Theodora (Mila Kunis), una bruja, lo encuentra y le explica que en ese reino esperan que se cumpla la profecía que anunciaba la llegada de un Mago que los salvaría de la Bruja Mala que tiene sometido al pueblo. Oz es consciente de que él no es el poderoso Brujo al que esperan, pero la promesa de un trono y un gran tesoro lo seduce, y opta por seguirles la corriente. Sin embargo, al conocer a la bruja buena, Glinda (Michelle Williams), y a los habitantes de este reino se comprometerá con su situación, aún desde el lugar de simple ilusionista.
Esta suerte de precuela al libro infantil de L. Frank Baum “El maravilloso Mago de Oz” está basada en el reino creado por el autor, y en su mensaje fundamental: muchas veces lo que se busca está desde siempre dentro de uno mismo.
Sam Raimi dirige este filme, realizado en su totalidad con animación digital. Incluso el escenario del principio, una Kansas retratada en un suave blanco y negro, es todo animado. Lo que resulta raro es que esa animación resulta por momentos muy artificial, y cuesta compenetrarse en lo que se está contando a causa de ello. El mono que habla, las mariposas y flores de colores sobrenaturales se notan insertados y retocados, algo que no se suele encontrar en tiempos de animaciones tan avanzadas.
El filme está realizado con mucho humor, guiños a los orígenes del cine y su rol de mágica ilusión, y un par de actuaciones para destacar, como la de James Franco a quien su personaje le sienta como anillo al dedo, y Rachel Weisz, en el papel de Evanora.
Un viaje hacia territorios maravillosos, que en realidad es un viaje al interior de uno mismo.
Nuestra calificación: Esta película justifica el 70% del valor de una entrada.