El director Scott Cooper nos trae este film basado en la historia real de Whitey Bulger, uno de los mafiosos más violentos en la historia del sur de Boston, que se convierte en informante del FBI, para eliminar a un grupo mafioso rival de su territorio.
Johnny Depp, que hace tiempo se mantenía en un nivel mediocre de actuación y películas, se aleja de los piratas y de los personajes macabros de Tim Burton para personalizar al aterrorizante Whitey Bulger, un líder mafioso dispuesto a hacer cualquier cosa por controlar su Boston natal. Divierte y asusta ver los diferentes matices que tiene el personaje -mafioso, padre, hijo, hermano, asesino- y el dinamismo con el que Depp logra su actuación.
El resto del elenco no se queda atrás, con grandes actuaciones de Benedict Cumberbatch como el gobernador Billy Bulger (hermano de Whitey), Joel Edgerton como el agente del FBI John Connolly, Dakota Johnson como la madre del hijo de Whitey y Kevin Bacon como el agente Charles McGuire.
La historia no nos presenta nada nuevo en el panorama Hollywoodense, el tire y afloje de la mafia y los federales, los infiltrados en ambos bandos, la hipocresía del gobierno estadounidense, sin embargo el guión atrapa la mayor parte de la duración del film y logra crear un ambiente sostenido.
También cabe destacar la excelencia del trabajo de maquillaje de Joel Harlow, que ha trabajado con Depp en al menos diez películas, creando grandes personajes como Jack Sparrow, Tonto y el sombrerero loco de Alicia en el país de las Maravillas.