La nueva película protagonizada por Johnny Depp, nos cuenta la historia de James “Whitey” Bulger, un matón de Nueva Jersey que tuvo un ascenso meteorico en el mundo del hampa. En el comienzo, nos encontramos con Whitey, en ese momento un criminal de barrio, ex convicto, que es un pez chico en un barril pequeño, importante solo en su barrio. Al mismo tiempo, empieza a trabajar en el FBI, departamento que investiga a la mafia, John Conolly, interpretado por Joel Edgerton. Usando de intermediario al senador Billy Bulger (hermano de Whitey), se comunica con nuestro hampón y le ofrece un trato, que citando a la mejor película de mafia de la historia, es una “oferta que no podrá rechazar”.
En ese contexto, somos testigos del ascenso del mafioso, y de los ribetes dentro de los pasillos del poder que le permitieron una impunidad impresionante. Por momentos impensado y tragicómico, lo que empieza como una táctica para controlar la violencia, se va transformando en un sálvese quien pueda, y se va fundiendo con las ambiciones propias de cada uno de los protagonistas, sin ningún tipo de interés por quienes los rodean.
La factura técnica de la película es indudable, y gracias a dios Johnny Depp deja de ponerse pelucas y hacer morisquetas para Tim Burton, volviendo a sus orígenes, e interpreta a un personaje oscuro, que le permite demostrar lo que nos estábamos olvidando: es un gran actor. Es mas, por momentos es inevitable notar un homenaje al personaje de Joe Pesci en Buenos Muchachos.
El director Scout Cooper (Crazy Herat, Out of the Furnace) nos regala un balance entre Casino y Donnie Brasco, con un muy buen balance de acción y drama, y sólidas actuaciones de todo el reparto que acompaña a Depp, imposible de nombrar completo, pero repleto de grandes y conocidos actores.
Recomendable, si te gustan las películas de mafiosos, y sino, también.