Johnny Depp vuelve a enamorarnos, después de unos cuantos bodrios, con un personaje contundente que mete miedo de sólo mirarnos. Scott Cooper se despacha con la historia real del mafioso irlandés Whitey Bulger, su reinado de terror en el sur de Boston y su constante “colaboración” con el FBI. Una historia llena de sangre y traiciones… que se pagan con más sangre.
Scott Cooper es bastante novato en esto de las historias cinematográficas. “Pacto Criminal” (Black Mass, 2015) es apenas su tercer largometraje, pero ya había tenido la oportunidad de explorar la violencia, la venganza y la condición humana en películas muy diferentes como “Loco Corazón” (Crazy Heart, 2009) y “La Ley del más Fuerte” (Out of the Furnace, 2013).
Acá se mete con un relato basado en hechos reales y, más precisamente, en “Black Mass: The True Story of an Unholy Alliance Between the FBI and the Irish Mob” (2001) escrito por los periodistas Dick Lehr y Gerard O´Neill, responsables de sacar a la luz las conexiones entre estos criminales del Sur de Boston y varios agentes que hicieron la vista gorda.
Estamos en 1975, el crimen organizado del Sur de Boston está en manos de James "Whitey" Bulger (un irreconocible Johnny Depp), líder de los llamados “Winter Hill”, pandilla de irlandeses americanos muy arraigados y afectuosos con los habitantes de su ciudad que pronto se ven amenazados por el creciente poderío de los hermanos Angiulo, que manejan la “rama” local de la mafia italiana de Nueva Inglaterra.
Las traiciones y las venganzas se desatan por las calles llamando cada vez más la atención del FBI, que quiere acabar tanto con unos como con los otros. Uno de sus más prometedores agentes, John Connolly (Joel Edgerton), se crió en la zona junto a Bulger y su hermano menor William (Benedict Cumberbatch) -presidente del senado de Massachusetts, que se ha mantenido alejado de los negocios turbios de la familia-, y plantea hacer una alianza con Whitey para acabar con los italianos, lo que supone hacer la vista gorda ante sus propios chanchullos y convertirlo en eso que más desprecia: un informante.
Ahí es cuando se empiezan a enturbiar las aguas. Con el camino despejado los Winter Hill se apoderan de Bostonn y más allá esparciendo violencia a diestra y siniestra. Connoly debe hacer malabares para mantener las apariencias ante sus superiores, y al propio Bulger a raya para que todo el asunto no le explote en la cara.
Con los años, y algunas pérdidas familiares a cuestas, la irascibilidad de James se vuelve más evidente, al igual que su megalomanía y su codicia, empujando a todos a su alrededor hasta el borde de un precipicio que no les deja muchas salidas.
Cooper filma una crónica violenta que va y viene en el tiempo, donde Depp es el hilo conductor y el alma hipnótica de esta historia que en seguida nos remite a otras obras gansteriles como “Buenos Muchachos” (Goodfellas, 1990), aunque no con la misma destreza visual de Martin Scorsese.
“Pacto Criminal” es una pieza de época cargada de testosterona, donde las mujeres no tienen mucho peso, pero dejan su marca en los protagonistas. La recreación es impecable y las actuaciones, una mejor que otra, más allá de las extrañas pelucas que, a veces, nos distraen del relato.
“Pacto Criminal” es un gran exponente del género gansteril. Sórdida, violenta y entretenida, una de esas historial reales que superan a la ficción ampliamente. Además de devolvernos al Johnny Depp camaleónico que tanto nos gusta.
Dirección: Scott Cooper
Guión: Mark Mallouk, Jez Butterworth
Elenco: Johnny Depp, Kevin Bacon, Benedict Cumberbatch, Joel Edgerton, Jesse Plemons, Sienna Miller, Dakota Johnson.