"Pacto criminal", una buena de mafiosos
Las películas sobre mafiosos son, indudablemente, muy atractivas para el público en general. Parte de la fascinación por estos personajes muchas veces tiene que ver con no poder creer de lo que eran capaces de hacer (el derramamiento de sangre y la violencia, sobre todo). Estas historias, ya sean verídicas o ficticias, suelen ser un imán en los cines. Sin lugar a dudas, Francis Ford Coppola con su trilogía de "El Padrino" (The Godfather) y Martin Scorsese con "Buenos Muchachos" (Goodfellas, 1990), "Casino" (1995) o "Los infiltrados" (The Departed, 2006), pusieron la vara en la que se miden todos los largometrajes de esta temática. Una vara de excelencia, por cierto. De eso es lo que trata "Pacto criminal" (Black Mass, 2015), de una nueva historia de gángsters. James "Whitey" Bulger era un mafioso del sur de Boston acusado por 32 cargos por crimen organizado, lavado de dinero, extorsión y portación de armas; incluyendo su participación en 19 asesinatos. Bulger estuvo durante 12 años en la Lista de los Más Buscados del FBI, que ofrecía una recompensa de dos millones de dólares por su captura, superada sólo por la de Osama Ben Laden. Un personaje casi nacido para ser llevado al cine, ¿no?
Década del setenta, sur de Boston, el agente del FBI John Connolly (Joel Edgerton) ha vuelto a la ciudad que lo vio nacer. Connolly creció en esas calles y formó amistad con Jimmy "Whitey" Bulger (Johnny Depp), convertido ahora en todo un mafioso que, al mejor estilo Robin Hood, es amado por los habitantes del lugar. El agente le propone a Bulger un trato: colaborar con la agencia para erradicar a la mafia italiana de Boston a cambio de hacer la vista gorda con sus crímenes. Claro que esta alianza -bastante oscura, por cierto- le dará al mafioso un poder extraordinario y la chance de convertirse en uno de los criminales más despiadados y poderosos de la historia.
Este filme está basado en el bestseller de 2001 "Black Mass: The True Story of an Unholy Alliance Between the FBI and the Irish Mob", de los ex periodistas del diario "Boston Globe" Dick Lehr y Gerard O'Neil. La trama es fuerte, y seguramente fue denso para los guionistas Mark Mallouk y Jez Butterworth adaptar una historia plagada de tantos elementos y que duró tantos años.
Y acá es en donde radica el problema del film, porque la presentación de los personajes es débil así como las historias de algunos. También en varios pasajes es casi una obviedad lo que se cuenta, y esto se debe a que tiene un problema de edición. Scott Cooper, el director, parece que se hubiera encontrado con un gran problema a la hora de decidir qué dejar y qué sacar, y es por eso que algunas escenas parecen confusas o desconectadas. Este "problema" se nota también porque hay actores de renombre que tienen muy pocos minutos en pantalla, demasiado nombre para tan poco personaje. Johnny Depp dijo que es su película favorita de todas en las que actuó y admitió que rompió su regla de no mirar los largometrajes en que pone su carita. Hizo bien, porque seguramente disfrutó de su mejor trabajo hasta la fecha. ¿Tendrá una oportunidad en los Oscar? Se lo merece.
Pacto Criminal podría haber sido, lejos, la mejor película de mafiosos del nuevo siglo, pero lamentablemente pierde fuerza y contundencia por un problema de elección de material. ¿Vale la pena verla? Claro, porque es interesante, por las actuaciones y por la recreación de época, entre otras cosas. Quédense a ver los títulos del final porque podrán ver fotos y filmaciones reales de todos los protagonistas. Y eso sí es espeluznante.