Es muy -muy- difícil hacer una película familiar, pensar en el público infantil, respetar a un personaje querido y que, de todas esas exigencias, salga una buena película. Pues bien, Padington 2 lo es, incluso es mejor que la primera, que no estaba mal. Aquí el oso peruano quiere trabajar para comprarle un regalo a su centenaria y querida tía, y lo hace con fortuna diversa (siendo generosos). Y luego, es culpado de un robo, lo que lo lleva a la aventura hitchockiana de resolver el caso. Todos los actores de la película entienden de lo que se trata el asunto, entienden que estamos en una aventura donde debe primar el buen humor y la amabilidad el personaje, es además el paradigma de lo amable). El peligro en estos casos es caer en la hiperglucemia. Pero hay un guión inteligente, imágenes al mismo tiempo pertinentes y dignas de verse, y emociones que no se subrayan. Una clase de lo que debería de ser un film infantil: de los que recuperan la libertad maravillosa de la infancia.