“Paddington 2” supera a la primera
Una vieja regla dice que "nunca segundas partes fueron buenas". Pero "Paddington 2" es buena, y puestos a analizar es mejor que la primera, con una técnica de animación más perfeccionada, una historia más rica, bien desarrollada, y, entre otras cosas, un villano de película. No es que en la anterior Nicole Kidman estuviera floja, todo lo contrario; pero Hugh Grant está formidable.
Como personaje se roba un libro, y como actor se roba la película.
Atención, ese no es un libro cualquiera sino uno muy especial, con figuras desplegables, de esos que en inglés llaman pop out y cuestan un criadero avícola. Para el osito Paddington es muy importante. Por él trabajará y hasta arriesgará la cárcel, entre múltiples equívocos y aventuras. ¿Alguien se imagina al osito detenido? Otras cosas son bastante imaginables, pero igual divierten, y enternecen. Y de paso enseñan algo, y no sólo a los chicos.
En síntesis, una comedia muy disfrutable, de ejemplar factura, buen humor y buen elenco. Y buen doblaje: en esta ocasión la voz del osito la hace Nico Vázquez, en argentino neutro, y a nuestros oídos suena mejor que la voz "latina" que escuchamos en la primera (ya Vázquez se había lucido como Rayo McQueen en las "Cars"). Uno sale con ganas de leer o releer los libritos originales de Michael Bond, y también, si le queda de paso, visitar la estación Paddington, allá por Westminster, donde está la estatua oficial del osito saludando a lo Chaplin. El suyo es un mundo delicioso.