Más bueno que un oso
Hace cinco años "Paddington" irrumpía en el cine con una historia tan tierna como cómica y bien construida. El animalito tiene todos los atributos de un buen oso: es cortés, leal, humor y un corazón noble, y además habla perfecto inglés. Aquella primera película de 2014 se inspiró en un relato de 1958 creado por Michael Bond que comienza en la estación de Paddington de la cual toma su nombre. Allí conoce a su familia adoptiva, los Brown, y con quienes protagoniza una aventura de vida o muerte y una villana interpretada por Nicole Kidman que lo quiere para su colección de animales embalsamados del Museo de Historia Natural.
Para quienes no vieron el primer filme -que está disponible en Netflix- en esta secuela se cuenta en la primera escena cómo fue adoptado Paddington por su familia de osos en Perú. A partir de allí, el director Paul King, también responsable de la primera entrega, muestra con la misma eficacia que lo hizo antes aunque sin la sorpresa inicial, cómo el oso ya está completamente integrado en la comunidad hasta que se cruza en su camino un actor en decadencia, a cargo de Hugh Grant. El conflicto se desarrolla en torno a un antiguo libro popup que contiene la clave para que el actor recupere su brillo, pero que Paddington sólo lo quiere para regalárselo a su tía.