Paddington es un gran clásico de la literatura infantil y los dibujos animados que finalmente logró tener su película en el cine.
El oso peruano fue creado por el escritor inglés Michael Bond en 1958 y enseguida se convirtió en un gran suceso internacional en Europa.
Un claro heredero de personajes similares que se habían conocido décadas atrás, como Madeline (1939) y Jorge, el curioso (1941). El punto en común que tenían estos libros es que presentaban textos educativos que brindaban muy buenos valores a los chicos a través de las situaciones de enredo que vivían sus protagonistas.
En el caso de Paddington, el oso se volvió más popular a nivel internacional cuando llegó a la televisión con las series animadas que se hicieron en 1975, 1989 (producida por Hanna-Barbera) y 1997.
La última producción, realizada por la compañia Cookie Jar, fue la más exitosa de todas y se canceló luego de 117 episodios. En los últimos años Paddington estuvo ausente en los medios audiovisuales y ahora regresó con esta excelente adaptación para el cine que produjo David Heyman, responsable de la saga de Harry Potter.
En Inglaterra este personaje es un auténtico ícono infantil y el film de Heyman sobresale por el cuidado y respeto con el que adaptaron la obra original en la pantalla grande.
El trabajo que hicieron con la animación del oso es brillante y supera a producciones hollywoodenses como Los Pitufos, el oso Yogi o Alvin y la ardillas que bridaron propuestas similares desde la realización.
Creo que los efectos digitales son bien utilizados en el cine cuando pasan desapercibidos por los espectadores. En este punto reside una de las grandes virtudes técnicas de Paddington.
El trabajo que hicieron con las distintas expresiones faciales y los movimientos corporales del oso son tan impresionantes que a lo largo de la trama uno llega a olvidarse que el protagonista es un personaje animado.
La historia expande el origen de Paddington e incluye a un par de villanos en el conflicto que era algo atípico de encontrar en la serie literaria o los programas de televisión.
Si bien el oso se ve envuelto en una serie de peligros, esas situaciones se trabajaron con un enfoque infantil que no distorsionaron el espíritu de las historias de Michael Bond.
Aunque sus interpretaciones se pierden en la versión doblada al castellano, cabe destacar el reparto del film que incluye a muy buenos artistas como Sally Hawkins, Jim Broadbent, Julie Walters y Nicole Kidman.
La dirección corrió por cuenta de Paul King, quien debutó como realizador en el 2009 con la comedia surrealista, Benny and the Bull, que se destacó en los aspectos visuales.
En esta ocasión el cineasta inglés volvió a ofrecer otro film impecable en materia de fotografía y diseño de producción. La escena en la que se presenta a la familia Brown en una casa de muñecas es brillante y trae al recuerdo algunos momentos locos de Benny and the Bull.
Me encantó esta película y recomiendo acercar a los chicos a este gran personaje que es muy divertido.
Dejando de lado las propuestas de dibujos animados, Paddington es la mejor película infantil que ofreció la cartelera en mucho tiempo.