Paddington

Crítica de Inés Moguillanes - CineFreaks

¿Un oso singular?

Basada en los libros de Michael Bond, considerados una joya de la literatura infantil inglesa, Paddington narra la historia de un joven oso que decide dejar su Perú natal y buscar un nuevo hogar en Gran Bretaña.

Las imágenes en blanco y negro del comienzo del film se encargan de explicar el lazo que une a este osito con aquel país europeo, heredado de sus tíos. Estos, en sus años mozos, habían conocido a un explorador británico llamado Montgomery Clyde y entablado con él una relación de amistad y de aprendizaje mutuo.

De repente, el color inunda la pantalla y la temporalidad cambia. Vemos ahora una pareja de osos “mayores” conversando alegremente con uno más pequeño sobre un tópico curioso: los secretos en torno a las mermeladas que conocieron gracias a su amigo inglés –como buena historia para chicos, lo imposible, por ejemplo, que los osos preparen mermelada, se torna posible–. Hasta que un terremoto sacude las tierras del lejano Perú y provoca la muerte del tío Pastuzo.

Dado el panorama desolador, la tía Lucy aconseja a su sobrino asentarse en nuevas tierras, más precisamente en Londres, donde Montgomery les había prometido años atrás que serían muy bienvenidos. La película continúa con las travesías del osito –apodado Paddington por la familia Brown que lo encuentra en esa estación de tren– en Londres, en paralelo a las de Millicent, la villana de la película, una combinación de Cruella De Vil y Lara Croft, interpretada por Nicole Kidman.

Si hay algo a destacar en esta adaptación, es la excelencia técnica. Resulta totalmente verosímil y natural la interacción entre los actores de carne y hueso y la imagen del oso construida por computadora y mecanismos de robótica. También es notable la belleza visual del film, sobre todo en los planos que acompañan la voz over de Paddington quien escribe a su tía que quedó en Perú, y que recuerdan al mundo mágico de Georges Méliès, a sus trucos y a sus fotogramas coloreados.

Sin embargo, es en el mensaje que pretende transmitir donde falla. Éste no resulta coherente sino algo contradictorio. Las personas son distintas y así, con sus singularidades, conviven, dice en algún momento la señora Brown. Por otra parte, el film critica las antiguas prácticas de los museos de ciencias naturales, más preocupados en exhibir ejemplares que en la libertad de los animales. Pero finalmente Paddington, para lucir más presentable y encajar, será domesticado, bañado y vestido como un señorito inglés.

Con todo, Paddington es un film simpático y entretenido con un protagonista tierno y bueno, muchos enredos, una mala muy mala y mucho lugar para el humor desopilante. Además, los grandes que vean la película, acompañando a sus hijos, sobrinos, hermanos más chicos o por motu propio, se encontrarán con muy buenas interpretaciones a cargo de actores ingleses consagrados como Jim Broadbent y Julie Walters, y los ascendentes Ben Whishaw y Sally Hawkins, entre otros.