VOLVER AL CIRCO
Lamentablemente, el circo ha perdido ese lugar de preponderancia que supo tener en tiempos pasados. El hecho de concurrir a ver una función en una carpa gigante representaba uno de los momentos más importantes de la infancia, algo muy difícil de olvidar y que quedaba en nuestra memoria por mucho tiempo. Tratando de evocar aquellos años maravillosos y de exhibir la vida de la principal atracción circense, el payaso, el documental brasileño Pagliacci muestra cómo un hombre tímido fuera de los escenarios se transforma cuando asume la personalidad del payaso. Desde el fallecimiento del amigo y socio Domingos Montagner, en 2016, Fernando lleva adelante una versión teatróloga y circense de la ópera homónima, por primera vez sin la presencia física de Montagner pero con nuevos socios surgidos sobre la especialidad.
Mediante entrevistas, imágenes de archivo y recreaciones la película realiza un recorrido prolijo sobre la vida circense en general y sobre los payasos en particular. Allí se verán los tiempos pasados, donde las carpas era inmensas y las plateas se abarrotaban de gente, hasta llegar a esta época de circos más pequeños con mucha menor concurrencia. En referencia a los “clowns”, se exhibe cómo surgió el interés de cada uno por la actividad, qué les provocó el hecho de acercarse al circo y cómo se fue desarrollando su amor por lo que hacen.
Esta descripción esquemática resulta fría, pero es la base por donde el documental transita para presentar el verdadero valor del film. En cada relato o reflexión que se muestra se transmite un amor y una pasión por el ámbito circense que trasciende la pantalla, resultando muy difícil de ignorar para quien observa. La película es tan perfecta en exhibir la dedicación de los protagonistas a lo que aman, que el espectador sólo puede creerles, compartir ese sentimiento y dejarse llevar por lo que narran. A este amor y pasión por el circo, también se le suma un dejo de nostalgia, de aquellos tiempos gloriosos pero entendiendo que se debe mantener viva la tradición para que nunca se acabe.
En definitiva, Pagliacci es una destaca producción, no sólo por su delicada y precisa factura, sino también por lograr que a través de los relatos presentados, quien observa vuelva a sentir esa sensación de ser un niño que va por primera vez a una carpa gigante a ver las aventuras de payasos, malabaristas y trapecistas; esa sensación de volver al circo.