Paisaje

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

¿Cual es punto exacto en que se pierde la inocencia de la adolescencia donde el grupo de amigas es lo único que importa en el mundo? Ese es el punto de partida de la opera prima de Jimena Blanco, que ubica a esas cuatro amigas a fines de los 90 donde sus ídolos van de Nirvana Chiquititas, de Calamaro a Ricky Martin. Un recital en la capital, un territorio que no conocen, en una época sin GPS, significa el inicio de una
aventura fuera de la mirada de sus padres, para un viaje iniciático que las ubicara en una ciudad peligrosa, en una larga noche, sin dinero y con muchos secretos por conocer, e interrogantes por contestar. El seguimiento de las cuatro protagonistas, desde ese lánguido día habitual a los preparativos para la gran noche, el recital punk, la fiesta no planeada, ilusiones y corazones rotos, una razzia policial, la perdida de sus pertenencias, y la única solución que se les ocurre, deambular por una ciudad vacía y amenazante. La cámara sigue en primer plano a cada una de las chicas, sus gestos, sus reacciones. Las actrices elegidas (Laura Grandinetti, Camila Rabinovich, Camila Vaccarini y Ana Waisben) aportan con talento la construcción de sus personajes, que dejan de a poco los aires aniñados para afincarse en los rigores del mundo adulto y en la dulzura
de elegir la libertad. Un film fresco que logra comunicar la transición de ese mundo, sin profundizar demasiado, pero con un criterio que parece teñirse de nostalgia, por un tiempo ido.