Un hombre en plena crisis de confianza
Thriller y suspenso, una buena dosis de terror fuera de campo, un riguroso trabajo en los rubros técnicos y un crecimiento dramático de la historia. Con esos ingredientes, estéticos y temáticos, la opera prima de Fercks (Fernando) Castellani narra las sospechas de un empresario, el desconcertado Víctor (Casaux), en relación a María (Spataro), su mujer, los riesgos con los debe convivir la hija de ambos y las apariciones, plenas de misterio y sugestión, de Juan Cruz (Sein).
El dispositivo temático y formal de Pájaros negros no oculta sus influencias (Hitchcock, David Lynch, los films de suspenso de décadas atrás donde se intuía más de lo que se exhibía), pero esto no actúa de manera contraproducente para el devenir del relato; al contrario, la génesis de Pájaros negros ya invita al espectador a sumergirse en la vida de Víctor, sus inestabilidades de pareja y también profesionales, a escarbar en ese punto de vista que se presenta como una bienvenida manipulación.
Castellani trabaja sobre algunos espacios concretos: el familiar, el laboral y los exteriores (bosques, caminos, rutas), cada uno de ellos delimitados por un reconocimiento inmediato y transparente. En ese sentido, al director (y a la misma historia) se los nota más cómodos cuando el argumento se establece en los espacios abiertos, representados a través de escenas diurnas y nocturnas que expresan una sensación muy compleja de obtener en cine: en Pájaros negros, una atmósfera turbia, un clima sugestivo o un registro visual que atemoriza al espectador se imponen en más de una oportunidad a los momentos familiares y oficinescos que también se describen en la trama.
Es que el relato de Castellani, aun con su afán de acumular las clásicas obsesiones y constantes que caracterizan a los cineastas en sus operas primas, además de tratarse de un cuento muy bien contado, pertenece a la categoría de historias que tratan sobre un malestar, en este caso, por las sospechas de un esposo en relación a su mujer. Siempre es muy complicado transmitir un síntoma determinado desde la mente inestable de un personaje, pero, ante semejante desafío, los genuinos propósitos de Pájaros negros terminan resultando más que gratificantes.