Frágil borrador de thriller
Un thriller psicológico doméstico. Vemos un hombre preocupado porque su mujer está deprimida. También tiene una hija y un trabajo. No hay nada especial, aunque hay un ser que aparentemente viola, amenaza y golpea. Ese personaje ojeroso está lejos de poder integrarse de forma lógica o fluida a un relato que trastabilla por todos lados: en los diálogos endurecidos (muchos doblados), en la música carente de sutileza, en la nula elaboración simbólica, en el amateurismo general que se exhibe, en un acento extranjero realmente imposible en boca de Tomás Fonzi, en las vueltas y vueltas alrededor de las mismas cosas, en una amenaza que se pretende y no se construye. O, mejor dicho, se construye apenas como parte de un frágil borrador con explicación extemporánea "que cambia todo" sobre el final.