Una mujer bajo influencia
En su ópera prima, Fercks Castellani bucea en el cine de género para narrar una historia de obsesiones, engaños y hasta violencia de género.
Víctor, un exitoso empresario, casado y con una pequeña hija vive preocupado por la forma en que su esposa ignora a la niña. Ella se encuentra inmersa en una profunda depresión y él intuye que mantiene una relación paralela con otro hombre. Comienza a seguirla hasta descubrir una verdad insospechada.
Con claras influencias del cine hitchcockiano, pero también con guiños a maestros como Brian De Palma, Martin Scorsese, Quentin Tarantino y hasta los inicios de M. Night Shyamalan, Pájaros negros (2015) se construye como un rompecabezas con piezas que van encajando en su lugar a medida que la trama avanza. Es imposible develar demasiado porque eso sería quitarle al espectador la posibilidad de dejarse sorprender por un laberinto de intrigas y misterio donde nada es lo que parece.
Castellani logra sumergir al espectador en un estado de tensión permanente producto de los climas que tan bien maneja, de una puesta en escena acertada donde no hay lugar para el azar y un especial cuidado en la iluminación para crear la densidad que el relato necesita.
Pájaros negros es una vuelta al cine de género clásico, donde lo que importa es la historia que se cuenta y los mecanismos utilizados para resolver una trama compleja sin caer en los clisés. Todo esto complementado por un grupo de actores donde se destaca Luciano Cazaux, un gran trabajo de edición y la música de Pablo Sala.