Una comedia como de otro planeta
Pájaros volando tiene un guión muy original y desopilantes actuaciones de su numeroso elenco
Platos voladores, seres de otros planetas y el misterio que produce su aparición en la Tierra son presa fácil para el humor si se dispone de la necesaria habilidad para convertir las disquisiciones filosóficas en una alocada aventura con aire bizarro y estrafalarios personajes. Esto es, precisamente, lo que el director Néstor Montalbano logró en este film, basado en un original guión de Damián Dreizik, que fija su eje en José, un músico que en tiempos mejores había integrado una exitosa banda de rock.
Este hombre que sueña con reeditar aquellos tiempos de esplendor es hoy un simple empleado que un día se reencuentra con su primo Miguel, que le propone trasladarse con él a un pequeño pueblo serrano para cambiar su vida. Tras algunas dudas, acepta el ofrecimiento, pensando en volver a transformarse en un músico de prestigio. Y hacia aquel lugar se traslada el dúo, pero la sorpresa de este hombre es mayúscula cuando se encuentra en ese pueblito con una comunidad hippie en la que casi todos sus habitantes hablan de seres de otro planeta al que ellos esperan viajar. José se deja tentar por el entusiasmo de quienes lo rodean y se transformará, también, en uno de los posibles candidatos a dejar nuestro planeta.
La trama no deja nunca de lado los disparates más absurdos y se apoya siempre en un guión construido sobre la base de situaciones que dan lugar a la sonrisa espontánea y a un entretenimiento que nunca decae en su alocado transcurrir. El director Néstor Montalbano, que ya había dado muestras de su eficacia en Cómplices y en Soy tu aventura, logró imponer el exacto ritmo que pedía esta travesura que muestra a una fauna humana alejada de la simple cotidianeidad para esperar recorrer otros alejados mundos.
El realizador halló en el elenco otro punto a favor para contar su anécdota. Diego Capusotto logró con auténtica simpatía ponerse en la piel de ese José que deberá cambiar sus ansias musicales para ser otro pasajero más de un viaje soñado, en tanto que Luis Luque se lució en su papel de hippie empeñado en que su plan llegue a buen film. No menos atractivos son los trabajos de Verónica Llinás, de Alejandra Flechter y de Damián Dreizik, en tanto, y como un original guiño, aparecen en la pantalla las figuras del periodista Víctor Hugo Morales o del político Antonio Cafiero. Pájaros volando queda, pues, como una muestra atípica en la cinematografía local, apoyada, además, por una excelente fotografía y por una música que, con nerviosos ritmos, redondea esta aventura que divierte de principio a fin.