La disyuntiva continúa en ciertos ámbitos estatales: ¿Es necesario enseñar lo que hizo la última dictadura militar?, ¿para qué revolver el pasado?: ¿Sirve para algo develar lo ocurrido? Estos y otros cuestionamientos se realizan dentro de la estructura del Estado, y también en ámbitos particulares que no fueron tocados directamente por ese régimen. Aún, al día de hoy, hay muchos que prefieren no hablar de eso.
Por tal motivo la directora de este documental, Andrea Schellemberg, cuya aspiración es que no haya cuentas pendientes con la sociedad argentina, se adentra en el Colegio Militar de la Nación autorizada por el Ministerio de Defensa y por los profesores, para presenciar las clases de historia y derecho, los entrenamientos y hasta filmar los exámenes orales. Además, logra entrevistar a algunos educadores y a los cadetes militares que están en el último año de instrucción.
La realizadora relata, con voz en off el hilo conductor de su propio guión, sobre la enseñanza que se les realiza a los futuros militares, porque desde 2008, con una nueva reforma educativa, se resuelve agregar las materias de Derechos Humanos y Derecho Institucional como parte del plan de estudios del Colegio Militar. Lo que intenta dilucidar es si efectivamente, dentro de la institución, deciden acatar la ley y adecuarse a los nuevos tiempos o continúan con su tesitura de no innovar.
La filmación comenzó en agosto de 2010, pero, pese a la resolución tomada por el Gobierno dos años antes, la institución continuaba callando su responsabilidad. Al alumnado no se le explicaba nada, ellos tenían la libertad de interiorizarse sobre la historia reciente, pero la mayoría, por lo menos en esos años, no tenían incorporado en sus conocimientos las palabras Genocidio y Exterminio. Es muy llamativo verlos titubear durante los exámenes ante estas preguntas de los alumnos próximos a recibirse como subtenientes del ejército.
Como la mayoría de los profesores militares vivieron de un modo u otro el régimen dictatorial, se les hace muy difícil despegarse de ese hecho, son muy cuidadosos con los conceptos que vierten, no hablan a favor, pero tampoco lo repudian abiertamente. Hacen un delicado equilibrio, sobre una cuerda demasiado floja, porque no tiene ningún sustento y no quieren quedar mal con nadie.
La idea principal es encapsular el tema para olvidarlo y seguir adelante. Porque el pasado no se dice, es preferible ocultarlo, silenciarlo. Y esa es una manera de enseñanza encubierta. Aunque desde el 2015, con los cambios de mando que hubo en el Ejército, finalmente se aceptó la modificación y comenzó a enseñarse los temas tabúes.
Porque mientras haya gente dispuesta a mantener viva la historia reciente, va a haber otra, que, a través de algún medio, va a estar interesada en retratarla, como, por ejemplo, en este documental.