Black Power según Marvel
La primera aventura en solitario del héroe africano funciona como una moderna puesta a punto de la corriente Blaxploitation de los setenta
T´Challa es el heredero al Trono de Wakanda (un lugar ficticio de África), una tierra paradisíaca que, a diferencia de lo que ocurre en la realidad del Continente Negro, es rica, próspera y por supuesto codiciada. Por eso el Monarca, deberá mutar en Pantera Negra, un superhéroe con la velocidad y fiereza de un felino, dispuesto a todo por mantener el orden y la seguridad en su reino.
A Pantera Negra ya lo habíamos visto en Capitan America: Civil War, su presencia en aquella película no pasó inadvertida, sin embargo es en esta historia que se profundiza en sus orígenes, su familia y sobre todo en su tierra y sus congéneres.
Hay en el filme una interesante utilización de las raíces africanas que fusionadas con el moderno hip-hop recrean una estética muy atractiva, tanto en el diseño del vestuario como en los decorados, y por supuesto la música, que acompaña la marcha de la acción al igual que los tambores de guerra marcan el ritmo de la batalla.
La cuestión tribal, presente en todo el filme, la transforma en la mejor exponente de un género que se reaviva siguiendo los pasos de las seminales Shaft o Foxy Brown. El director Ryan Coogler logra que el filme sea más que la típica historia de superhéroes, incluso, saliéndose de la "fórmula Marvel", con una trama de espionaje e intriga y con más contenido social sin por eso renegar de los combates cuerpo a cuerpo, ni del vértigo, ni de los extravagantes efectos especiales (aunque, mal de esta era de los efectos digitales, por momentos se abusa del CGI).
El elenco con Chadwick Boseman a la cabeza se luce y está elegido a la perfección. Un dream team de actores afroamericanos que incluye a un excéntrico Forrest Withaker, al atractivo villano que compone Michael B. Jordan, y a varias actrices (Lupita Nyong'o, Darai Gurira, Leticia Wright) que componen personajes femeninos con mucha más personalidad y peso del que suelen tener en este tipo de largometrajes. Todos cumple con creces, sobresaliendo tanto en las secuencias físicas como en las de diálogos, escenas que van desde lo trágico, pasando por momentos de romance, conflictos políticos y claro, humor… negro, por supuesto.