Pantera Negra no sólo es la mejor película de Marvel desde Capitán América: el soldado del invierno, sino que además sobresale como una obra de autor dentro de las propuestas de una compañía que se había estancado en la estupidez.
Desde la original secuencia inicial, que de entrada establece una clima diferente, hasta la última escena, cada fotograma de esta producción tiene la impronta del estilo narrativo de Ryan Coogler (Creed).
Resulta muy interesante ver como un cineasta toma el proyecto de una franquicia que podría haber ofrecido otro producto genérico y lo convierte en un film personal con identidad propia.
El director se adueña por completo del personaje y la historia para romper la fórmula de comedias infantiles con la que Disney venía distorsionando a estos personajes en el último tiempo.
Más que la clásica historia de origen, el director Coogler (quien además es guionista) presenta en este caso una introducción a la cultura y mitología del país de Wakanda, que resulta un mundo fascinante para ambientar íntegramente la aventura del personaje.
Pantera Negra pasó a la historia en el campo de los cómics por ser el primer superhéroe negro del género. Su creación tuvo lugar en la revista de los Cuatro Fantásticos en 1966, en un momento en que la comunidad negra de los Estados Unidos empezaba a manifestarse por los derechos civiles.
No obstante, en esas primeras aventuras del príncipe T´Challa, Stan Lee y el ilustrador Jack Kirby evitaron abordar cuestiones sociales y los conflictos se desarrollaban en el terreno de la fantasía.
A mediados de los años ´70, Pantera Negra se volvió un personaje más complejo cuando los argumentos empezaron a incluir temáticas políticas que reflejaban la sociedad norteamericana de ese momento. En una de las tramas más famosas el superhéroe tenía un enfrentamiento con el Ku Klux Klan, algo que fue bastante controversial cuando la historia se publicó en 1976.
En esta película Ryan Coogler se basa en esa versión del personaje para desarrollar una propuesta más dramática que inclusive tiene el atrevimiento de incluir tintes geopolíticos en el conflicto.
T´Challa no es un millonario con tiempo libre que se dedica a combatir el crimen o un soldado como el Capitán América que está vinculado con las autoridades de Washington. En este caso no encontramos con el líder político de una nación africana que busca conducir de la mejor manera posible a su pueblo y eventualmente se ve obligado a pelear por su condición natural de guerrero.
Ese simple concepto genera una atracción directa por el personaje.
Probablemente quienes aclamaron Thor 3 y buscaban más comedias idiotas del estilo de Taika Waititi se aburran con esto, ya que es la antítesis del cine descerebrado que Marvel presentó el año pasado.
Pantera Negra si bien no inventa nada en este género al menos propone un enfoque diferente en la manera de contar la historia y esto le da una variedad de matices interesantes a este universo cinematográfico.
Coogler no tuvo reparos en relegar el humor a un espacio marginal, con el objetivo de hacerle justicia a un personaje que no daba para ser representado como otro comediante con superpoderes.
T´challa viene de perder a un padre, tiene la obligación de asumir la conducción de un país y se encuentra con problemas en todos los frentes de su vida.
Dentro de ese contexto era imposible que el personaje siguiera la línea de los que fueron las últimas producciones de esta compañía.
El director tuvo el ingenio de centrar los momentos humorísticos en la adorable hermana del protagonista, quien presenta un contraste perfecto con la seriedad que tiene el personaje principal.
La princesa Shuri interpretada por Letitia Wright, que es una adición relativamente nueva en el mundo de Pantera Negra, en este caso domina la mayoría de los diálogos graciosos sin caer en la redundancia.
Lo mismo ocurre con el rol de Martin Freeman que es mucho más cómico en las historietas y el director lo retrata con un perfil más serio.
Otra gran virtud de esta película pasa por el tratamiento de los personajes femeninos que hasta la fecha eran paupérrimos en estas películas, por más que las gacetillas de prensa de Marvel intentaran comunicar lo contrario.
Una particularidad interesante de Pantera Negra, que no vimos en otros personajes, es que el héroe está rodeado permanentemente de mujeres fuertes que tienen una enorme influencia en su vida y no aparecen en la trama como un elemento decorativo.
De hecho, su círculo íntimo de aliados es estrictamente femenino.
El carácter de T´Challa está muy influenciado por el sostén emocional de su madre (Angela Basset), la asistencia técnica de su hermana (que funciona también coma una versión femenina de Q en la saga Bond), su amante (Lupita Nyong´o) y su consejera militar, Odoke que sobresale por lejos como la mejor heroína femenina que se vio hasta el momento en las producciones de este estudio.
La actriz Danai Gurira, conocida por el rol del Michonne en la serie The Walking Dead, se roba más de una escena de este film con un personaje muy sólido y carismático que se destaca más allá de las escenas de acción.
En el terreno de los villanos Michael B. Jordan y Andy Serkis cumplen con personajes funcionales a la historia central.
Muy especialmente Jordan, quien encarna al enemigo clásico de Pantera Negra y cuya historia personal en los cómics estuvo muy bien integrada en el argumento de la película.
Killmonger no es un villano popular y tampoco pasará a la historia en el universo cinematográfico de Marvel, pero contribuye en este caso a desarrollar el arco argumental del personaje principal.
Desde los aspectos técnicos Coogler sorprende con una puesta en escena ambiciosa que encuentra su mayor fortaleza en el diseño de los escenarios y los vestuarios que le dan mucha personalidad al mundo cultural de Wakanda.
También se puede percibir elementos distintivos del cine del director, como el tratamiento de la música en la narración y los planos secuencias en las peleas del protagonista, que fueron parte de la identidad de Creed.
Por otra parte, la dirección de Coogler logró resolver con éxito una gran desventaja que tenía esta propuesta.
Debido a que el personaje principal aparece en el avance del nuevo film de Los Vengadores, el espectador ya sabe de entrada que el héroe saldrá airoso de cualquier drama o peligro que enfrente, porque en un par de meses regresará en otra producción.
Sin embargo el director logra mantener la intriga del conflicto hasta el final por el modo en que abordó la narración de la historia y el tratamiento que tuvieron los personajes.
El simple hecho de poder disfrutar otra vez una película de Marvel sin los continuos remates chistosos, donde los protagonistas tienen espacio para desenvolverse en un terreno más dramático, me pareció fascinante.
Ryan Coogler, quien suma otra gran película a su filmografía, vuelve a sorprender con un film inteligente que se permite jugar con cuestiones políticas sin olvidarse que se trata de la historia de un superhéroe.
Por todo lo mencionado, Pantera Negra sobresale como una de las grandes producciones de esta franquicia, que esperemos pueda conservar el mismo nivel artístico durante el resto del año.