Un héroe actualizado
A mediados de los 60, la misma época en la que el movimiento Panteras Negras empezaba a preocupar al gobierno de Nixon, Stan Lee y Jack Kirby lanzaron a Pantera Negra, el primer héroe de origen africano de la historia de Marvel Comics. Era cuestión de tiempo que una de las tramas más arriesgadas de Marvel llegara al cine. Y pasa en un momento clave, cuando Hollywood sigue reclamando una mayor racial y de género. “Pantera Negra” cumple con ambas premisas y suma otras capas de lectura. La 18ª película del Universo Marvel retoma al personaje que debutó en 2016 en “Capitán América: Guerra Civil”. Y ahora, como protagonista de su propio filme, se explica la verdad sobre su país, Wakanda, un estado africano que vive aislado del mundo.
Los medios se refieren a Wakanda como un país pobre del Tercer Mundo. Pero no lo es y nadie lo sabe, y el objetivo es que las cosas sigan así. Su riqueza y su secreto es un mineral llamado vibranium que les permitió desarrollar una tecnología inimaginable. El filme comienza con la asunción del príncipe T’Challa tras la muerte del rey de Wakanda. Pero el poder no es fácil y las circunstancias harán que se replantee el hermetismo en el que vive Wakanda. Con un elenco de actores negros encabezado por Chadwick Boseman, Michael B. Jordan y Lupita Nyong’o y sólo un par de intérpretes blancos en roles secundarios, el filme no sólo reivindica los reclamos agrupados en el hashtag #OscarsSoWhite que irrumpió en 2015, sino que suma a los relacionados con los roles femeninos ya que ahora las mujeres son centrales en la trama, al tiempo que esboza ideas sobre dramas tan actuales como el de los refugiados o sugiere otras tan antiguas como el colonialismo.