Carlos Gustavo Cortiñas, militante del Partido peronista en la Villa 31, fue detenido y desaparecido el 15 de abril de 1977 por parte de los miembros de las fuerzas armadas del Estado. Desde entonces, su madre Nora forma parte de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, reclamando el castigo a los culpables.
“Pañuelos para la historia” es un documental de Alejandro Haddad (fallecido en 2014) y Nicolás Valentini, donde se toma la figura de Nora Cortiñas como protagonista del film tanto para mostrar su ejemplo de lucha en Argentina, como también para seguirla en su viaje hacia Turquía, Siria, Irak e Irán con el fin de acompañar a las madres kurdas, quienes perdieron a sus hijos en la disputa por la autonomía de Kurdistán en dichos países. De esta manera, nos encontramos con sentimientos compartidos a pesar de la distancia, las diferencias culturales y de idioma. Ambas agrupaciones conllevan una misma lucha a partir del dolor.
Nos encontramos con un formato clásico de documental, donde se mezcla lo expositivo y lo observacional, para mostrar tanto la interacción de Nora con los directores como también las actividades que lleva a cabo en el viaje y las conversaciones con las otras madres, sin una intervención por parte de los realizadores. Allí tiene la ayuda de traductores, quienes a veces sirven como interlocutores y otras tantas conversaciones se plasman en su idioma original con subtítulos, para no invertir tanto tiempo en la traducción.
Nora Cortiña es muy carismática y logra llevar adelante su protagonismo de una buena manera, exteriorizando sus ganas de luchar, su dolor, su esperanza, su deseo de justicia, su indignación. En cuanto a las madres kurdas, podemos ver que no solo se exponen a una lucha política y social, sino también a una cuestión de género por el lugar en el que viven. Cómo luchan las mujeres kurdas por sus derechos y por conseguir una mayor libertad en un mundo liderado por los hombres.
Si bien la película es bastante simple en cuanto a sus aspectos técnicos, debemos destacar el gran despliegue de producción, debido a que tuvieron que afrontar un viaje al extranjero, para mostrar esta lucha compartida. No solo a nivel económico, sino también de acercamiento a organizaciones y autoridades y conseguir que las madres kurdas muestren su situación frente a la cámara.
En síntesis, “Pañuelos para la historia” es un correcto y valioso documental que logra universalizar una lucha que solo conocíamos desde nuestro país (y que fue abordada profundamente en la industria cinematográfica). Nos acerca a otra realidad, nos pone en su lugar, nos enseña sobre el dolor, la constante búsqueda y la esperanza de que la justicia llegará en algún momento.