Comediantes de oficio: Robin Williams, Travolta, y la productora Disney en su rubro "comedia para que la familia vaya al cine en patota y la pase bien", pergeñaron junto al director Walt Becker, el mismo de la insípida "Wild hogs", llamada aquí "Rebeldes sin causa" del 2007, otra comedia anodina y vacua como esta, repleta de chistes fáciles, torpezas fílmicas y nada más que eso.
La distribuidora argentina encima la proveyó a las salas en absurdo doblaje -la mayor torpeza de la peli-, por todo lo cual resulta incierto desmenuzar tal propuesta que sin dudas a gente de carcajada fácil divertirá algo, no mucho precisamente.
Williams juega otra vez al "papá" de dos niños, volcando su dotes de clown con los de actor de hondo contenido emocional, o sea más de los mismo, desde sus tiempos de "Mrs. Doubtfire"(1993, Chris Columbus), en tanto Travolta hace ese amigo, compañero de trabajo de Robin, chantún, mujeriego, soltero, que se las cree saber todas. Cosa que ambos hacen muy bien pero que no alcanza.
Todo el panorama de la comedia resulta de una chatura absoluta, y en su suma total no agrega ni quita nada. O sea superflua por donde se la mire.