Uno esperaba más del nuevo filme de Juan Taratuto. No es fallido, pero está por debajo de “No sos vos, soy yo”, de “Un novio para mi mujer” y de “Reconstrucción”. El libro de Eduardo Sacheri intenta, desde el amor fanático que despierta el fútbol, armar un retrato costumbrista, sensible y barrial que tiene en el centro a cuatro amigos. El cáncer acabó con uno de ellos y la promesa de los otros es cuidarle la hija y hacerla hincha de Independiente. En el medio hay una trama, algo inverosímil y con un final muy anunciado. El Mono compró en 300 mil dólares un delantero que ahora sobrevive malamente en la liga de Santiago del estero. Y los muchachos harán lo imposible para poder venderlo: autorobos, promotores (¿no había otro actor menos recitador que Rabinovich?), videos truchos. Hay buenos diálogos, toques de humor y los actores no desentonan, pero el film exagera con el tono sensiblero y suena recargada tanta pasión futbolera con esa nenita en el medio.
Pero Sacheri se vengó: en “El secreto de sus ojos” debió capitular ante la adaptación de su novela que hizo el rancinguista Campanella. Aquí, por eso, todo es del Rojo de Avellaneda.