Amigos y lágrimas forzadas
"Papeles en el viento" es una peli de tipo lacrimógena que se centra en el poder de la amistad de cuatro tipos, que con todos sus problemas (que no son pocos) tratan de mantener al cuarteto unido.
El grupo de amigos está compuesto por los hermanos Fernando (Diego Peretti) y el Mono (Diego Torres), Mauricio (Pablo Echarri) y el Ruso (Pablo Rago).
La trama se centra en cómo tres de los cuatro amigos, Fernando, Mauricio y el Ruso , tratan de sobrellevar la muerte del Mono a causa del cáncer y ayudar a su pequeña hija a tener un futuro mejor que el que le dejó su padre. Acá aparece una de las primeras cuestiones polémicas del film. Al personaje de Diego Torres, lo pintan como un pobre tipo que más allá de ser buena persona, era un irresponsable e infantil que se deliró la guita de una indemnización en un mal negocio antes de morir, la compra de un pibe futbolista que estaba jugando en un campeonato de tercera categoría. Es extraño que luego el director trate de hacernos emocionar con la lucha de este personaje contra el cáncer ya que de entrada al público le va a caer un tanto gordo por la estupidez que carga y porque sólo llega a conocer la faceta mala del tipo. En una escena del film él mismo se pregunta con desilusión, "¿qué le dejo a mi hija?"... La respuesta es bastante tonta también, "que sea hincha de Independiente"... Y así nos pasa con los demás personajes a excepción del de Peretti. Mauricio es un chanta que entre otras cosas la cuernea a la mujer, el Ruso es un vago rematado que fracasa en cada negocio que emprende lo cual le ha generado deudas varias y el reproche constante de la esposa, y Fernando si bien lleva una vida solitaria y aparentemente aburrida, al menos no le caga la vida a la gente. De nuevo, es extraño que con semejante cuarteto el director pretenda hacernos sentir identificados y emocionarnos. En todos también hay claros rasgos de machismo, al estilo "la única mujer que realmente vas a amar en tu vida es a tu hija", cuando tres de ellos están o estuvieron casados. Las contrapartes femeninas son mostradas como brujas insoportables que sólo viven para romperles los huevos a nuestros protagonistas.
Por otro lado la historia que se plantea es por momentos bastante inverosímil. Entre los tres amigos se hacen cargo del futbolista que compró el fallecido y se empeñan en no sólo sacarlo bueno, sino además hacer un negocio millonario con su pase al algún club del exterior. El pibe no es de lo más habilidoso que se haya visto, pero eso no importa, porque entre Fernando, el Ruso y Mauricio le van a hacer creer a los posibles compradores, juego de marketing de por medio, de que este es el próximo crack del fútbol. Tres tipos, que no saben nada de negociados en el mundo del fútbol van a engañar a empresarios que se dedican de lleno a esto... es muy poco creíble.
Si se quiere se puede destacar el buen trabajo interpretativo de los cuatro actores, que ponen al servicio del film toda su experiencia actoral. Quizás también se puede resaltar algún que otro momento divertido a cargo de Peretti y algún atisbo de emotividad genuina. Lo demás es muy forzado y tiene pinta de haber sido concebido de manera muy desprolija. Un entretenimiento regular.